Suficiente gas natural para toda Alemania
14 de noviembre de 2010La multinacional petrolera Exxon Mobil tiene los ojos puestos en las llanuras de Münster, ubicadas en el Estado federado de Renania del Norte-Westfalia. Su objetivo es perforar sus suelos para explotar los inesperadamente grandes depósitos de gas natural. La sola idea de que en tierras germanas haya yacimientos tan prometedores alimenta la esperanza del Gobierno federal de obtener una mayor independencia en materia de abastecimiento energético; sobre todo porque en los últimos años se han desarrollado nuevas técnicas para extraer el gas de las reservas. El lado sombrío de esta buena noticia: en Estados Unidos, las técnicas en cuestión han contaminado las aguas subterráneas cercanas a los centros de explotación.
Energía bajo las llanuras de Münster
La fuente de energía hasta ahora escondida bajo los campos de Münsterland es el metano, un compuesto orgánico formado por átomos de hidrógeno que están unidos al carbono presente en las rocas de la región. Se estima que las reservas de Renania del Norte-Westfalia son tan grandes que con ellas se puede satisfacer las necesidades energéticas de todo el país durante diez años. Sin embargo, para explotar estos yacimientos no basta con abrir un hueco profundo en la tierra; este combustible fósil no se deja extraer tan fácilmente.
Sobre las inmensas capas rocosas se ha de ejercer una enorme presión para que ellas liberen el gas que contienen. En Nordwalde, una ciudad ubicada al noroeste de Münster, cerca de la frontera germano-holandesa, podría instalarse una de las primeras unidades de extracción de metano; y esto inquieta a sus habitantes. No solamente por los temblores de tierra o los accidentes que han propiciado la minería y las perforaciones en otras localidades alemanas, sino sobre todo por los riesgos de contaminación que correrían las aguas de la región.
Agua que no has de beber…
Mathias Elshoff, portavoz de un grupo de ciudadanos preocupados por los efectos secundarios de la extracción de metano, teme que los compuestos químicos empleados en el proceso queden atrapados en profundidades medias en lugar de retornar a la superficie o descender hacia capas rocosas distantes de las aguas subterráneas. Grupos ecologistas se preguntan qué pasaría si estos químicos –fabricados con base en biocidas y sustancias capaces de contaminar las aguas– consiguen resquicios a través de los cuales pueden ascender hacia las capas de suelo en donde se encuentran los manantiales.
Según Elshoff, a los millones de litros de agua empleados en este proceso de extracción –la presión es fundamental para partir las rocas y crear fugas de metano– se agregan soluciones químicas que le permiten al gas y al agua fluir sin obstáculos. El problema radica en que la opinión pública desconoce de qué sustancias se trata. “Sólo las autoridades que aprueban los permisos de explotación reciben información alusiva a las sustancias que serán usadas”, comenta Elshoff, agregando que 2.000 metros bajo tierra surgen otros riesgos que deben ser considerados.
Riesgos bajo tierra
“A esa profundidad pueden encontrarse sustancias radioactivas naturales capaces de diluirse en agua. Y cuando esas capas de tierras son alcanzadas por inmensas cantidades de agua a altas presiones, no se puede excluir la posibilidad de que el agua contaminada con sustancias radioactivas ascienda de nuevo a la superficie”, señala Elshoff, y añade: “Otro peligro para estas aguas: como el suelo contiene mucha sal, las aguas también presentarán altos niveles de salinidad y las plantas para el tratamiento de aguas residuales no pueden filtrar toda la sal con que éstas vienen cargadas. Sobre eso debería discutirse con antelación antes de tomar una decisión”.
Los representantes de Exxon Mobil, que ha solicitado las concesiones para iniciar las perforaciones de prueba en el circuito administrativo de Steinfurt, en Renania del Norte-Westfalia, no entienden la preocupación de los lugareños por las reservas de agua subterránea. El consorcio estadounidense alega que las características de la instalación, las profundidades a las que se harán los trabajos y las exigencias de las autoridades germanas en materia de seguridad no permitirían que accidentes como los ocurridos en Estados Unidos se repitieran en Alemania.
La multinacional y la ciudadanía
“Nos sentimos un poco como conejillos de Indias”, declara por su parte Mathias Elshoff. “Hasta ahora no se han explotado gases en almacenes naturales de carbón. Hoy dicen que la operación es completamente segura, sin pensarlo dos veces; pero, ¿cómo pueden saberlo?”. De momento sólo se han autorizado perforaciones de prueba. Pero si Exxon Mobil llega a la conclusión de que la explotación de gas natural en Renania del Norte-Westfalia es una empresa económicamente rentable, será necesario aprobar permisos de exploración y explotación más complejos y efectuar pruebas más exhaustivas con miras a demostrar que el proceso de extracción no atenta contra el medio ambiente. Los expertos estiman que pueden pasar entre cinco y diez años antes de que las primeras instalaciones para la explotación de gas natural se pongan en funcionamiento.
Autor: Markus Holtrichter / Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse