Gabala: el as en la manga de Putin
7 de junio de 2007Al margen de la cumbre de los países del G-8, en una reunión bilateral con el presidente estadounidense, George W. Bush, el presidente ruso, Vladimir Putin, lo sorprendió con su propuesta que busca evitar la construcción de un escudo antimisiles en Europa central, tal como quiere George W. Bush.
El objetivo de la utilización conjunta de la base de radares de Gabala en Azerbaiyán es controlar posibles ataques con misiles por parte de Irán a blancos en Europa, peligro que Bush había esgrimido para justificar la construcción de un sistema propio en Polonia y la República Checa, provocando duras reacciones de Rusia, que ve en ello un peligro para su propia seguridad.
Idea interesante
Bush calificó la propuesta de "idea interesante" y ambos mandatarios acordaron establecer grupos de trabajo conjuntos con los respectivos ministerios de Defensa y del Exterior.
El plan no sólo contempla la utilización de la estación de radares que Rusia tiene alquilada al gobierno de Azerbaiyán, sino desarrollar un escudo antimisiles conjunto. Putin indicó que no se necesitaría más de tres a cinco años entre el primer test hasta la operabilidad final.
El radar de Gabala
Putin informó que habló con el presidente de Azerbaiyán y que éste aceptó la utilización conjunta.
El sistema de radares operado por Rusia en las cercanías de la ciudad de Gabala está situado a unos 150 kilómetros al norte de la frontera con Irán.
Según fuentes rusas, la instalación tiene un radio de vigilancia de 6.000 kilómetros y controla un territorio que comprende desde el sur del Cáucaso hasta Irán, Turquía, China, Pakistán, India, Irak y parte de África.
El radar, construido en 1985, es parte del sistema soviético de detección de misiles. La estación está situada a unos 40 kilómetros de la frontera con Rusia, en el norte de Azerbaiyán.
Merkel satisfecha
Estados Unidos y Rusia mantuvieron en las últimas semanas un intenso duelo verbal, por el escudo antimisiles que Washington quiere instalar en Europea Central. El debate derivó en ataques recíprocos sobre una nueva carrera armamentista y las bases de la democracia.
Putin amenazó recientemente con redirigir sus misiles hacia Europa como reacción a los planes norteamericanos, lo que se evitaría de aceptar Estados Unidos la propuesta hecha por el presidente ruso en Heiligendamm.
La canciller alemana Angela Merkel se mostró satisfecha con la reunión entre Bush y Putin. Dijo a la televisión alemana que se trató de un encuentro constructivo y agregó que lo importante es que se hable de forma abierta pues los tiempos de la Guerra Fría han pasado.
Reservas polacas y checas
La República Checa y Polonia reaccionaron con reservas ante la propuesta. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Polonia Robert Szaniawski sostuvo que la propuesta de Putin no cambia en nada las negociaciones en curso entre su país y Estados Unidos. Mañana Bush conversará sobre el escudo antimisiles en una reunión con el presidente de Polonia, Lech Kaczynski.
Por su parte el jefe de gobierno de la República Checa, Mirek Topolanek, dijo en Praga que el plan de Putin podría ser un intento para volver a colocar a Europa Central bajo la esfera de influencia rusa si, a cambio, Estados Unidos prescinde del proyecto de instalar una estación de radar en República Checa.