Mercedes Ponce de León fue una de las activistas que luchó para que en 2013 Uruguay aprobara la ley para regular la producción y comercialización del cannabis, así como su tenencia con fines recreativos y medicinales. Hoy mantiene firme su convicción de que prohibirlo no hace más que reforzar el poder del narcotráfico, cuyas principales víctimas son las mujeres. Insiste en la necesidad de informar más sobre las propiedades de esta planta que fue prohibida como consecuencia de una guerra de intereses en Estados Unidos, renunciando incluso a la gran utilidad que tuvieron durante siglos algunas de sus variedades, como el cáñamo. Por eso es bastante reciente el interés por investigar el potencial terapéutico del cannabis. Mercedes Ponce de León se conecta por videoconferencia desde las Sierras de Rocha, en el sudeste de Uruguay. En este sitio apacible, junto con sus hijos, disfruta de la naturaleza y practica el autocultivo de cannabis para consumo propio.