Marichuy es la primera mujer indígena que aspiró a la Presidencia de México. Hizo una campaña que entusiasmó a las comunidades indígenas. Y aunque no logró recoger las firmas suficientes para inscribirse como candidata oficial, sí logró llegar a la sociedad mexicana con su mensaje de defensa de los derechos de los pueblos indígenas. Desde hace años colabora con la Universidad de Guadalajara en un programa de medicina tradicional para garantizar la asistencia sanitaria a sectores de la población desfavorecidos. En el año 2015 recibió el premio Mérito Municipal Tuxpanense. Como médica tradicional, que desde la Casa de Salud ubicada en el centro de Tuxpan trata a sus enfermos con terapias alternativas y plantas autóctonas, Marichuy hace un dramático diagnóstico de la salud de la tierra. Afirma que nuestro planeta tiene una enfermedad crónica degenerativa pero que todavía tiene solución: por medio de la organización de la gente desde abajo y un cambio radical de hábitos.