Rescatar del olvido la herencia africana en Cuba es "un privilegio que me ha dado la vida” dice la cineasta Gloria Rolando mientras pasea por el Malecón de La Habana con Natalia Orozco. Su formación musical, que inició a los once años, continuó con Historia del Arte y se encaminó más tarde hacia el cine. Una vez en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), el director Santiago Villafuerte le encarga el guion y la investigación del documental Tumba Francesa. Así descubre el mundo de los cafetales franceses, donde los negros tocaban otros tambores. A partir de ese momento le entusiasma la idea de dirigir. Propone un documental sobre el cantante afrocubano Lázaro Ros, pero el ICAIC no muestra interés. Lo realiza con otra compañía de video. Cuando funda Imágenes del Caribe, un grupo de video independiente, se dedica por fin a narrar historias inspiradas en lo que contaban su mamá, sus abuelas: "Los hijos de Baraguá”, "Oggún”, "Diálogo con mi abuela” y muchas más.