"Fraternidad entre los humanos y con la naturaleza"
12 de diciembre de 2023Lo que para los ojos del mundo sólo se ha hecho posible en los últimos años con los documentos y declaraciones del Papa Francisco, el teólogo brasileño Leonardo Boff lleva haciéndolo desde los años ochenta y noventa: mezclar la teología con la ecología. O, en sus palabras, una ecoteología de la liberación.
DW: Empecemos por el tema de su nuevo libro, Terra Madura. ¿Cree que un mundo menos antropocéntrico podría ser la solución a la tragedia climática?
Leonardo Boff: El quid de la crisis de nuestro paradigma reside en que ha situado al ser humano por encima y fuera de la naturaleza, presentándolo como dominus, su amo y dueño. Los padres fundadores de esta cosmovisión, [los filósofos] Francis Bacon, Kepler, Descartes y otros, entendían la Tierra como una realidad meramente extensiva y sin finalidad, puesta al servicio de los seres humanos, que podían hacer con ella lo que quisieran.
La otra alternativa sería haber comprendido al ser humano como parte de la naturaleza, teniendo el mismo origen que la arcilla que se originó en la Tierra y, como ahora sabemos científicamente, el hecho de que tenemos el mismo código genético básico que los demás seres vivos: los mismos 20 aminoácidos y las mismas cuatro bases nitrogenadas. Tal constatación nos haría sentirnos hermanos de todos los demás seres vivos, como se desprende de la Carta de la Tierra [una declaración de principios éticos para una sociedad justa] y de las dos encíclicas ecológicas del Papa Francisco [Laudato Si', de 2015, y Fratelli Tutti, de 2020].
Usted ha sido señalado como uno de los asesores del Papa Francisco, especialmente cuando se publicó la encíclica Laudato Si'. ¿Cree que hay una convergencia entre ambas, en el sentido de que ambas parten del cristianismo y repiensan el papel del hombre en relación con la naturaleza?
Hay dos novedades en la encíclica Laudato Si'. La primera es [que es] un texto dirigido a toda la humanidad, y no sólo a los cristianos. El Papa se ha dado cuenta de la urgencia de la cuestión ecológica, expresada claramente en Fratelli Tutti con esta grave advertencia: "Estamos en el mismo barco; o nos salvamos todos o no se salva nadie". La segunda novedad radica en que ha asumido los resultados más fiables de las ciencias de la vida y de la tierra y los ha convertido en el hilo conductor de todo el discurso, estructurado en torno a una ecología integral y no meramente verde: medioambiental, política, económica, cultural y espiritual. Como han dicho eminentes ecologistas: con este texto, el Papa se ha situado en la vanguardia del debate ecológico mundial. El Papa se ha inspirado en diversas fuentes, posiblemente en un libro mío que inauguró una ecoteología de la liberación allá por los años 80. En él trato de desarrollar las diversas tendencias de la ecología en diálogo con las ciencias modernas. Pero el Papa asimiló otras aportaciones y otras fuentes de inspiración, incluida la típicamente cristiana.
Esta preocupación ecológica ha convertido al Papa en el primer sumo pontífice que demuestra públicamente su preocupación por el medio ambiente, incluso valorizando acontecimientos como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP). En este sentido, ¿se trata de un Papa que baja del otrora omnipotente trono de Pedro y dialoga con los demás en pie de igualdad? ¿O es el resultado del sentido de urgencia que exige el tema?
No debemos olvidar que el Papa Francisco forma parte de la teología de la liberación argentina [una corriente católica] que hace hincapié en la liberación de los pueblos oprimidos y las culturas silenciadas. A través del Papa Francisco, este tipo de teología ha llegado al centro del cristianismo, representado por el Vaticano y los discursos del propio pontífice. Una característica de la teología de la liberación, en sus diversas formas, es que siempre parte de la realidad concreta, del ver. Por ese "ver", [ha] dialogado con las diversas ciencias, la humana, la social, la antropológica y la cuestión de los sistemas de producción, especialmente el capitalismo, responsable en gran medida de las desigualdades sociales.
Esto exige un serio juicio analítico basado en las ciencias y también en datos bíblicos y teológicos. A partir de ahí viene lo más importante, que es actuar de forma liberadora y no sólo reformista. El Papa articula siempre sus intervenciones dentro de este rito metodológico. Esto es nuevo con respecto a los documentos papales, que prácticamente siempre se basaban en las fuentes internas de la fe cristiana, la Biblia, la tradición teológica y, sobre todo, la tradición de los pronunciamientos papales.
Esta es una de las razones por las que este Papa es escuchado por el mundo secular. Está más preocupado por el destino de la humanidad, del planeta Tierra, que simplemente por los problemas internos de la Iglesia.
(rml/ers)