Francia, el día después
8 de enero de 2015Desde este 7 de enero, día del atentado contra la revista Charlie Hebdo, los franceses se han reunido espontáneamente en calles y plazas para rendir homenaje a las víctimas y expresar su solidaridad con el lema "Je suis Charlie".
Probablemente, la mayoría de franceses, de todas las ciudades y regiones, se han identificado durante décadas con la revista satírica Charlie Hebdo por su osadía y coraje. Charlie Hebdo es parte de la vida cultural de los franceses. Y sus dibujantes, caricaturistas, redactores y editores son íconos de una virtud muy arraigada en Francia: hacerle ver los límites a los poderosos con perspicacia e impavidez.
¿Librepensadores sin libertad?
No muy lejos de la sede de Charlie Hebdo pasa la Calle Voltaire, que lleva el nombre de aquel librepensador del siglo XVIII que por no querer subordinarse a la voluntad de la casa real tuvo que abandonar su país. Es este paralelo histórico entre el pasado y el presente el que hace tan significante para Francia el atentado contra Charlie Hebdo, más allá del horripilante baño de sangre.
Muchos diarios de Francia y el mundo aparecieron este jueves 8 de enero de 2015 con su página principal en negro: “Mataron la libertad”, dicen en grandes titulares o es “Una declaración de guerra a Francia”. Muchas caricaturas y manifestantes empuñaron sus plumas para demostrar que el lápiz es más fuerte que las armas. Este asesinato no solo genera repudio e ira, sino que también es un ataque al alma de los franceses que consideran la libre expresión como la esencia de su civilización.
Libertad, igualdad y fraternidad
Este jueves, las banderas se izaron a media asta en Europa. El presidente de Francia, François Hollande, convocó a la unidad nacional y expresó la esperanza de que este atentado no siga dividiendo a la sociedad francesa.
El rechazo a esta atrocidad es absolutamente unánime, también entre la comunidad musulmán francesa. En esta situación, la mayoría de los musulmanes se ven como franceses que expresan su orgullo por los principios del país: libertad, igualdad y fraternidad. A pesar de que, en la vida cotidiana, estos principios son, a menudo, olvidados, desconocidos o violados.