Francia, cabizbaja a pesar de la Eurocopa
9 de junio de 2016Muchos se imaginan el próximo Campeonato Europeo de Fútbol, que está por inaugurarse en Francia, como una fiesta de grandes proporciones: aficionados del balompié de todas las nacionalidades celebrando masivamente en la Torre Eiffel, hinchas de equipos rivales haciendo amistad en los cafés de las ciudades donde se disputarán los partidos. Pero en territorio galo, que sigue sufriendo las secuelas de la reciente crecida de sus ríos, no se percibe mayor entusiasmo ante la inminencia de la Eurocopa.
Ansiedad razonable
Los franceses temen que los sindicatos paralicen el país, que los terroristas vuelvan a atacar, que sus hoteles no se llenen y que las pérdidas causadas por las inundaciones golpeen la economía; los daños en París y sus alrededores, en el norte de Francia y en la región del Loira ascienden a entre 900 y 1.400 millones de euros. Este miércoles (8.6.2016), el Gobierno central declaró las áreas afectadas –782 comunidades en dieciséis departamentos– como zonas de desastre. 20.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares.
A otros les preocupa que las acusaciones de racismo presuntamente infundadas, esgrimidas por el delantero Karim Benzema contra el entrenador Didier Deschamps, afecten la moral de la selección nacional y contaminen el debate local en torno a la discriminación. No obstante, hay buenas noticias: el abastecimiento de las gasolineras se está normalizando tras una racha de varios días sin combustible y los controladores aéreos cancelaron la huelga pautada para los días inaugurales de la Eurocopa.
Buenas noticias
Además, las autoridades galas y los organizadores del evento deportivo se han esmerado en transmitirle una sensación de seguridad tanto a los franceses como a los turistas que visitarán el país durante el campeonato. El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, aseguró que alrededor de 90.000 agentes protegerán a los espectadores de los juegos. Aún así, cabe preguntarse si los anfitriones podrán olvidar sus preocupaciones y dejarse llevar por la fiebre del balompié.
El político verde franco-alemán Daniel Cohn-Bendit no cree que el talante reservado exhibido por sus compatriotas sea algo fuera de lo común. “Eso es típico de los franceses. Antes de la Eurocopa no agitan mucho las banderas. Así fue antes del Mundial 1998. Es cuando el evento comienza que se ponen las camisetas de sus equipos favoritos”, le dijo Cohn-Bendit a la agencia dpa, aludiendo al campeonato que Francia terminó ganando. De ser así, no hay razón para inquietarse porque los franceses se muestren cabizbajos.