Fracking: ¿sí o no?
23 de abril de 2015En el panorama de la extracción de gas de los yacimientos de esquisto, el intenso uso del agua y su repercusión en el entorno natural y las poblaciones son el ángulo del análisis de dos informes y un documental presentados esta semana en una conferencia en el Parlamento Europeo. Ante la perspectiva de que más países europeos y latinoamericanos opten por el fracking, el tema está en el aire.
Antecedentes europeos
Esta controvertida técnica –que fractura la roca con alto uso de químicos y agua y con emisiones de gas metano- fue el tema de 16 recomendaciones (no vinculantes) a los países de la Unión Europea en enero de 2014. 18 meses tienen los Estados miembros de la UE para implementarlas.
Especial atención merece la que prevé la realización previa de estudios de referencia sobre el impacto en el flujo de las aguas superficiales y subterráneas.
Hasta ahora, según informa a DW Antoine Simon, de Friends of the Earth Europe, los países europeos han hecho de ellas una lectura muy individual.
“Polonia ha decidido que sólo para las perforaciones a más de 5000 metros de profundidad debe hacer un estudio de impacto preliminar”, dice Antoine. Según informa la plataforma europea Ecologistas en Acción esto se debió a que empresas extractivas presionan por una relajación legislativa.
Oportunidades y desafíos
Cabe resaltar que, reconociendo el derecho a los Estados a determinar las condiciones de explotación de sus recursos energéticos, la primera de las recomendaciones europeas condiciona la explotación a “preservar, proteger y mejorar la calidad del medio ambiente”.
La extracción de las reservas de este recurso abre perspectivas económicas y energéticas codiciadas. Para muchos países europeos donde se han detectado yacimientos representaría una holgura energética considerable.
Pero los datos hablan en contra de su bondad ambiental: por cada fracturación se usan 23 millones de litros de agua mensualmente. Entre un 90 y un 95% de esta agua no puede ser reutilizada. Dado que los yacimientos se encuentran en zonas donde el recurso agua no abunda, “el estrés hídrico va de la mano con la extracción de este hidrocarburo no convencional”, explicaTianyi Luo, especialista del World Resources Institute (WRI).
Argentina, un ejemplo
El informe de WRI pinta entre amarillo pálido y rojo intenso el estrés hídrico.En América Latina amarillo tiene Colombia, naranja muy intenso Paraguay, rojo intenso México, naranja Argentina.
“Hay que tener en cuenta los verdaderos costos del fracking”, explica a DW Juliette Renaud, productora del documental Fracking Patagonia, basado en la extracción del gran yacimiento de Vaca Muerta.
“Las comunidades no son consultadas, su territorio es destruido; la contaminación del agua y del suelo impacta su salud y sus actividades productivas tradicionales. Europa debe aprender del caso de Argentina y no dejar que las empresas capturen el poder político para hacer las leyes a su favor y no a favor del interés público”.
Algunas opiniones
“Pertenece al pasado y deberíamos prohibirla”, opina Ignazio Corrao, europarlamentario italiano del Movimiento Cinco Estrellas. “En las energías renovables deberíamos concentrar nuestros esfuerzos”, recalca Molly Scott Catto, europarlamentaria inglesa de la bancada ecologista.
“La extracción masiva de este gas y petróleo de esquisto alejaría definitivamente a Europa de su objetivo de haber logrado reemplazar hasta 2050 entre un 80% y 90% de energías fósiles”, recuerda Jude Kirton-Darling, europarlamentaria inglesa de la bancada socialista y también miembro de la Asamblea Eurolat.
En su opinión, tanto Europa como los países América Latina y el Caribe* deberían optar por una moratoria general hasta que no haya un marco legal vinculante que regule oportunidades y desafíos del gas de esquisto.
*para agosto se espera un informe de la Comisión Europea evaluando si se cumplen las recomendaciones; en junio la Asamblea Birregional Eurolat aprueba una resolución no legislativa