Fracasó por utópico banco "ético" alemán
20 de agosto de 2010"Fracasé" fue la última palabra del fundador y copropietario del banco Noa, Francois Jozic, en su blog de la página virtual de esta entidad bancaria que fue cerrada por el órgano alemán de supervisión de los mercados financieros (BaFin por sus siglas en alemán) esta semana en Fráncfort del Meno. Creado como una alternativa financiera de inversión transparente, el banco Noa está ahora bajo alto riesgo de insolvencia y sobreendeudamiento. Desde el miércoles pasado (18.08.2010) las cuentas de sus 15.000 clientes están congeladas, así como todos los movimientos bancarios.
Ética bancaria, una utopía
El banco Noa fue creado en noviembre de 2009 como una alternativa a la crisis financiera, pero sobre todo como un negocio bancario con transparencia. Es decir, que los clientes podían decidir también dónde se iba a invertir su dinero en forma de créditos a empresas relacionadas con los sectores de desarrollo regional, medio ambiente, salud o cultura.
Con atractivas tasas de interés del 2,2% la entidad también buscaba posicionarse en el mercado alemán. Los clientes por su parte, podían escoger cuentas de ahorro diarias o a plazo fijo. Hasta el pasado miércoles (18.08.2010) el banco Noa contaba con 15.000 clientes y un depósito de ahorro de 300 millones de euros.
Sin embargo, en junio de 2010, el banco paró la asignación de nuevas cuentas de depósito a plazo fijo, y tampoco recaudó más ahorros por parte de sus clientes. Como razón aludió que recibía más dinero que los préstamos que podía otorgar. Al parecer, para ese entonces ya existían sospechas de la entidad financiera (BaFin) sobre la seguridad del capital del banco Noa.
¿Y la transparencia?
Aunque el banco Noa sí invirtió el dinero de sus clientes en forma de créditos en proyectos éticos y medioambientales, este tipo de operaciones fue sólo una fracción del movimiento financiero de esa entidad. El resto fue invertido en el mercado financiero regular.
La mayoría de los ahorros fue negociado a través de la filial del banco "Noa factoring", que le compraba las exigencias crediticias a empresas en nombre de sus clientes. Sin embargo, era la misma filial la que se encargaba de cobrar los intereses y pagos de las deudas adquiridas, por lo que el dinero no llegaba a su destinatario final. Contra la filial Noa factoring se lleva a cabo ahora una reclamación por parte del órgano alemán de supervisión de los mercados financieros, BaFin, por haber cobrado dichas deudas y no haberlas entregado a la entidad bancaria.
Clientes esperan ahora indemnizaciones
Por disposición legal de al entidad se supervisión alemana BaFin, los clientes no pueden acceder a su dinero. Tampoco son posibles transferencias bancarias ni autorizaciones de pagos a terceros. El acceso a online banking o informaciones telefónicas también fue negado. La única operación bancaria permitida es la amortización por parte de los prestatarios a sus deudas.
Mientras el BaFin comprueba ahora si el banco se encuentra todavía en condiciones de cumplir con sus obligaciones financieras, es decir si está en capacidad de devolverle todo el dinero invertido a sus clientes. Esta tarea podría durar más de varios días.
Entre tanto, los 15.000 clientes esperan poder acceder a sus ahorros. No obstante, los dépositos sólo pueden ser protegidos por la oficina alemana encargada de indemnizaciones hasta una suma no mayor de 50.000 euros. Según informaciones de BaFin, los compromisos bancarios de Noa ascienden a 172,1 millones de euros. Lo que equivaldría a una indemnización de 11.500 euros por cliente.
Pero si el banco Noa no es capaz de cumplir con sus deudas, y mientras no se encuentre un pequeño inversor que acceda a comprar el banco y adquiera todas sus obligaciones, los clientes tendrán que esperar quizá hasta Navidad para recibir su indemnización. Las palabras del fundador y copropietario del banco Noa, Francois Jozic, en su blog de la página web del banco tampoco son alentadoras: "El sistema financiero en su conjunto está auto-organizado para ser inamovible. Traté de cambiar esto, pero fracasé".
Autora: Cristina Mendoza Weber / dpa / afp
Editor: José Ospina Valencia