FMI advierte riesgo para mercados financieros
10 de octubre de 2012Aunque Japón y Estados Unidos tienen, en cifras absolutas, deudas más altas que las de algunos países de la eurozona, la unión monetaria europea sigue representando el mayor factor de riesgo para la estabilidad de los mercados financieros globales. Así puede resumirse el Global Financial Stability Report (GFSR), el más reciente reporte financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI), presentado este miércoles (10.10.2012) en Tokio, al margen de la reunión semestral del FMI y el Banco Mundial (BM).
En Europa se han ampliado, con consecuencias dramáticas, las diferencias económicas y financieras entre el núcleo y la periferia de la unión monetaria, criticó José Viñals, director de Asuntos Monetarios y Mercado de Capitales del FMI. “La escasa confianza de los mercados y la inseguridad política han producido fugas masivas de capitales desde los países periféricos, algo que es bastante inusual para un espacio monetario unificado”, insistió. Ello ha conducido a que los costos de los créditos hayan subido considerablemente en estos países, tanto para los gobiernos y los bancos, como para las empresas y los hogares. “Y esto, a su vez, amenaza con convertirse en una peligrosa espiral económica descendente”, advirtió Viñals.
¿Nueva encrucijada?
Pero Viñals confía en que el círculo vicioso podrá romperse. Para ello, los gobiernos europeos tendrán, sobre todo, que fortalecer su credibilidad y reconquistar la confianza de los inversores, implementando las medidas anticrisis ya acordadas. De lo contrario, se avecinaría una nueva crisis de crédito.
“Si no se alivia la tensión en los mercados”, señaló Viñals, “los bancos de la Unión Europea (UE) tendrían que amortizar unos 2.800 mil millones dólares en sus balances. Y esto podría disminuir hasta en un nueve por ciento la concesión de créditos a los países periféricos para finales de 2013”.
En el peor de los escenarios posibles, calcula el FMI, las amortizaciones podrían ascender hasta a 4.500 mil millones de dólares; la concesión de créditos podría disminuir hasta en un 18 por ciento; y –en consecuencia– las tasas de crecimiento en Europa, que ya de por sí andan rondando el valor nulo, podrían hundirse entre un 1,5 y hasta un 4 por ciento.
“Malla de protección”
Los acuerdos de la cumbre de junio de la UE y el anuncio del Banco Central Europeo (BCE) de que podría comprar deuda de forma ilimitada en caso de emergencia, han reforzado ampliamente la malla de protección del bloque contra la crisis, reconoció Viñals. Ello ha tranquilizado a los mercados y ha permitido una disminución de las primas de riesgo.
Sin embargo: "Es necesario que los mercados perciban al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y al programa del BCE para la compra de deuda como medidas reales y no sólo virtuales, con garantías". Pues si un país no quiere acudir a esta ayuda por miedo a las drásticas medidas de ahorro con que viene asociada –señaló Viñals aludiendo evidentemente a España–, todo el programa amenaza con convertirse apenas en una solución virtual. Y si los mercados llegan a percibirlo así, volverían a subir las primas de riesgo y volveríamos nuevamente a donde comenzó la crisis, para recomenzar el cuento de nunca acabar.
El FMI alentó también a Estados Unidos y a Japón, sentados sobre una montaña de deudas, a tomar lecciones de la crisis del euro. Los japoneses y estadounidenses –que aún disfrutan de la plena confianza, la llegada de capitales y las bajas tasas de interés de los inversores privados– deberían aprovechar para controlar sus enormes déficits públicos y reducir los desequilibrios en el sector financiero, alertó Viñals. Esto no dañaría su crecimiento y sí los prevendría de cometer los mismos errores que Europa. Y es que “algunos políticos”, agregó el director de Asuntos Monetarios y Mercado de Capitales del FMI, “evitan tener que tomar decisiones duras, porque creen que tienen el tiempo a su favor; pero no es así”.
Autor: Rolf Wenkel, desde Tokio / RML
Editor: José Ospina Valencia