Fischer tiende puentes en Estados Unidos
25 de enero de 2005El encuentro del ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, con la futura secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, en Washington, marca el primer contacto a alto nivel entre Berlín y Washington desde la reelección del presidente estadounidense, George W. Bush. Y el hecho de que el jefe de la diplomacia germana haya aprovechado la oportunidad, sin esperar siquiera la confirmación de la asesora de seguridad en su nuevo cargo, demuestra cuán grande es el deseo de impulsar un nuevo acercamiento y restañar las heridas que dejaron las discrepancias sobre la guerra contra Irak.
Coordinación transtalántica
Condoleezza Rice ha declarado, ante la comisión del senado encargada de confirmar su nominación, que se propone recurrir a los instrumentos diplomáticos para hacer frente a los problemas internacionales. Y Alemania, sin duda, ha de cobrarle la palabra. No en vano el ministro Fischer demandó en Washington una estrecha coordinación entre la Unión Europea y Estados Unidos en el caso iraní, puntualizando que las posiciones al respecto “no difieren mucho” en cuanto a la evaluación de los riesgos que implicaría para la región que Irán contara con armas atómicas.
Para evitarlo, Francia, Gran Bretaña y la propia Alemania están llevando a cabo negociaciones con Irán, que de momento parecen promisorias, aunque no están exentas de dificultades. Fundamental resultaría, en este contexto, el apoyo de Washington, que no participa directamente en el diálogo. Pero el tema iraní no es, desde luego, el único en la agenda internacional. Y para todos vale lo mismo: Europa desea convencer a Estados Unidos de que vuelva a la senda del entendimiento con sus aliados del viejo mundo.
Más que retórica
Por ahora, Condoleezza Rice se muestra dispuesta a suavizar su imagen y ha dejado de lado el discurso intransigente que la caracterizó en su función de asesora de seguridad en el primer período de Bush. No obstante, hará falta más que una nueva retórica para restablecer la sintonía a ambos lados del Atlántico. Así lo hizo notar también el senador demócrata Edward Kennedy, quien le criticó por no haber admitido errores en la ofensiva militar contra Irak. “Antes de poder reparar nuestra fracasada política, el gobierno debe admitir que ha fracasado”, señaló Kennedy.
El ministro alemán no pide tanto. Bastaría con un retorno a un diálogo constructivo, en el que también los países amigos sean escuchados al momento de tomar decisiones en Washington. Si se logra un acuerdo al respecto con Condoleezza Rice se habrá avanzado mucho. Porque ella, a diferencia del saliente Colin Powell, sí cuenta con el oído atento de George W. Bush.