¿Fin de la guerra en Afganistán?
5 de mayo de 2011
Le Figaro, de París: “¿Representa la eliminación de Bin Laden el fin de la misión estadounidense en Afganistán? La persona de Bin Laden ha cobrado tal valor simbólico que su muerte modifica las prioridades que tenían hasta ahora los aliados en Kabul. Barack Obama podría aprovechar la oportunidad para acelerar una retirada militar que comenzaría a partir de julio de 2011 y se extendería hasta el 2014. De ese modo, la muerte de Bin Laden anunciaría el principio del fin de la guerra en Afganistán. Sin embargo, para lograrlo sería necesaria una cooperación mucho más estrecha con Pakistán. Pero el hecho de que Bin Laden haya podido vivir cinco años en Pakistán sin que se lo descubriera demuestra que Pakistán es un problema tan complejo como Afganistán.”
“Obama podría meterse en problemas”
La Stampa, de Turín: “Se tiene cada vez más la impresión de que el mayor éxito político de Barack Obama hasta el momento, la captura y eliminación del terrorista Osama Bin Laden, se está convirtiendo en un arma de doble filo para el presidente estadounidense. Las imágenes del ‘situation room' no sólo se encargarán de recordar permanentemente que Obama quería la cabeza de Bin Laden y de que cooperó para atraparlo, sino que comprometen al Premio Nobel de la Paz también directamente en el modo en que se llevó a cabo la misión. Mientras no aumenten las cifras de empleo, el presidente de EE. UU. deberá enfocar su campaña electoral en la seguridad interna. Ante este panorama, cada palabra sobre la operación en Pakistán es de suma importancia. Y Obama –ahora mucho más fortalecido que antes- podría meterse muy pronto en dificultades.”
“¿Es legítimo alegrarse por la muerte de Bin Laden?”
Basler Zeitung, de Ginebra: “¿Fue correcto matar a Bin Laden del modo en que lo hicieron los Navy Seals? No, ya que se violó el derecho internacional. ¿Y sería legítimo alegrarse por su muerte? Sí, lo sería, ya que produce alivio. El monstruo está muerto, y eso es bueno. Pero ese debate ya es cosa del pasado. Entretanto, surge otro dilema: los estadounidenses masacraron de tal forma al líder terrorista en el ataque en Abbottabad que las imágenes de su cadáver son demasiado horrorosas como para hacerlas públicas. (…) El mundo no necesita ninguna prueba visual en Internet sobre la muerte de Bin Laden. Es indigno y falto de buen gusto colocar a una pieza de caza en la vitrina. Bastaría con que un grupo de científicos independientes, tal vez comisionados por la ONU, verifique las pruebas de los estadounidenses.”
“La canciller debe sopesar sus palabras”
Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort del Meno: “La canciller alemana, Angela Merkel, no quiso decir probablemente más que eso: que el fin del jefe terrorista Bin Laden es una buena noticia para un mundo que aspira a la paz. Sin embargo, cuando dijo que se alegra de que se le haya dado muerte, se distanció tanto del concepto moral cristiano que la indignación que provocó en las filas cristianodemócratas alemanas es comprensible. De una canciller se espera que sepa sopesar sus palabras, aunque nadie puede endilgarle que expresa su alegría en forma exagerada en circunstancia alguna.”
CP/dpa
Editor: Pablo Kummetz