Filipinas: crece la desesperación entre los damnificados
13 de noviembre de 2013La impotencia, el hambre y la desesperación entre las víctimas del tifón en Filipinas ha llevado en algunos casos a la violencia: cinco días después de la catástrofe, cientos de miles de personas siguen sin tener acceso a agua potable y comida, rodeadas de montañas de escombros en un enorme territorio devastado.
En la localidad de Alangalan, en la asolada isla de Leyte, miles de personas asaltaron un almacén de sacos de arroz. Una pared del lugar se derrumbó provocando la muerte de ocho personas, según aseveró un portavoz de la Oficina Nacional de Alimentos, Rex Estoperez (DW informó).
En tanto, la cifra oficial de muertos por "Haiyan" asciende a al menos 2.344 personas, mientras que casi 600.000 resultaron desplazadas y necesitan ayuda urgente, informó la agencia de Protección Civil.
Se cree que hay numerosas víctimas bajo los escombros. Por ahora no hay una cifra total de fallecidos. El presidente Benigno Aquino dijo antes en una entrevista con el canal estadounidense CNN que la cifra total rondaría las 2.500 personas.
Indignación contra el gobierno
Según explicó Estoperez, en el almacén de arroz había 129.000 sacos de arroz de 50 kg cada uno. Las pérdidas económicas se cifran en unos 22 millones de euros (más de 29 millones de dólares).
Los hechos ocurrieron el martes y Estoperez apeló a los que se llevaron sacos de arroz a que los compartan con otros damnificados y que no los vendan.
El problema sigue siendo poder llevar alimentos y agua a los damnificados. La gente se encuentra cada vez más desesperada.
"Por favor tengan comprensión, nunca hemos afrontado una catástrofe de estas dimensiones", dijo Rene Almendras, secretario del gabinete, tras acudir a las oficinas de Protección Civil.
"Tenemos un sistema, pero no es perfecto", reconoció el director de Protección Civil, Eduardo del Rosario. "Estamos subsanando los problemas", agregó.
"Realmente es indignante. Parece que nadie tiene el mando en el gobierno", dijo a dpa el diputado Carlos Zarate. "Las personas están muriendo de hambre o de diarrea".
El alcalde de Davao, Rodrigo Duterte, se lamentó: "No ha sido dios quien ha permitido esta catástrofe, sino el gobierno".
Por su parte, el gobierno de Manila intenta enviar mensajes de éxito. Aseguran que cada vez más los aviones de transporte llegan a las regiones afectadas. "Aterriza un C130 con material de ayuda en Ormoc", anuncia el canal de noticias Official Gazette. "Se han repartido 22.778 paquetes de comida en Tacloban".
El alcalde de Tacloban, Alfred Romualdez, llamó a los habitantes más vulnerables a que abandonen la comunidad destruida en algunos de los limitados vuelos que salen del lugar.
En la localidad de Abucay, cerca de Tacloban, reportes de disparos de fuego entre soldados y hombres armados hicieron huir a cientos de personas del área.
Un portavoz militar, el teniente coronel Ramón Zagala, dijo que el reporte del tiroteo no es verídico.
Se anuncian más lluvias
En vista de la ingente cantidad de personas que precisan ayuda los anuncios son como gotas en un océano. Los nervios están a flor de piel y las largas esperas están desgastando a la gente.
"Todo tarda demasiado, todos hablan y nadie hace nada. Deberían venir de una vez y poner fin a esta miseria", se lamentó Gerald Navarro, un conductor de "rickshaw" en la devastada ciudad de Ormoc, en la isla de Leyte.
De acuerdo con las cifras de protección civil, al menos 3.804 personas resultaron heridas y por lo menos 79 están reportadas como desaparecidas tras el paso de "Haiyan" por Filipinas el viernes.
En la zona declarada de emergencia hay numerosos grupos de médicos y personal sanitario atendiendo a víctimas de forma ambulante. Ni siquiera en el hospital de Tacloban, que quedó anegado por el agua tras el paso del tifón, hay suficiente agua potable, informó un reportero de la BBC.
Las fuertes lluvias además han anegado la ruinas en las que se albergan muchos damnificados. En la jornada de este miércoles las nubes se retiraron de Tacloban, pero el servicio meteorológico anuncia más lluvias para los próximos días.
Casi siete millones de personas resultaron afectadas por el tifón que castigó Filipinas, que destruyó casas con vientos récord de hasta 315 kilómetros por hora.
La mayoría de las víctimas se registraron en Leyte y la cercana provincia de Samar, donde "Haiyan" levantó olas similares a un tsunami de hasta cinco metros que arrasaron pueblos y ciudades.
Hasta ahora la comunidad internacional prometió al menos 88,3 millones de dólares en asistencia urgente. Además se esperaba que este miércoles llegara más ayuda a Filipinas, incluyendo el portaaviones estadounidense George Washington y otras embarcaciones de la Marina estadounidense que partieron de Japón.
EL(dpa, afp)