Filarmónica del Elba: nuevo símbolo de Hamburgo
3 de abril de 2007Durante años, el edificio daba la bienvenida a los visitantes que llegaban al puerto hanseático. El almacén del Kaiser no solo era el más grande de la ciudad portuaria sino que llegó a convertirse en todo un símbolo de la tradición marina de Hamburgo.
Tras la II Guerra Mundial, su arquitectura neogótica original quedó destrozada por los ataques, hasta su reconversión en Almacén del Muelle A. Cuatro décadas después estuvo al servicio del puerto como depósito de cacao, hasta que a mitad de los 90 cayó en desuso con la llegada de los contenedores.
Con el propósito de revivir a uno de sus símbolos, la ciudad de Hamburgo quiere ahora transformar el antiguo almacén en una de las salas de conciertos más modernas del mundo.
Símbolo de tradición y modernidad
"La arquitectura de la Elbphilharmonie es simbólica: sobre el tradicional edificio de ladrillo se levantará una ola de cristal", comentó el alcalde de Hamburgo, Ole von Beust, durante la ceremonia de inauguración de la obra. Como muestra el boceto, la fachada del antiguo edificio quedará intacta y servirá de zócalo para sostener una imponente obra de cristal.
El nuevo proyecto fue presentado por los arquitectos suizos Herzog & de Meuron, reconocidos internacionalmente por obras como el Allianz Arena de Múnich o el estadio nacional para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
Además de dos salas de conciertos con capacidad para 2.700 espectadores, el nuevo cuerpo de cristal del edificio contará con viviendas y un hotel de lujo. Como colofón, la gran Plaza situada a 37 metros de altura ofrecerá al visitante una vista panorámica de 360 grados sobre el puerto de Hamburgo.
El diseño interior será también para el visitante una experiencia extraordinaria. Siguiendo el principio de la Filarmónica de Berlín "la música en el centro", los arquitectos quieren acercar el público a los músicos. La orquesta quedará situada en el centro de la sala rodeada por los espectadores.
Proyecto de todos y para todos
Pese a su contribución a la cultura de la ciudad, la colosal construcción tuvo que enfrentarse a la crítica cuando los cálculos del presupuesto inicial aumentaron más de 55 millones hasta los 241 millones de euros. Las aportaciones de unos 5.000 donantes con 64 millones de euros fueron un impulso decisivo para la viabilidad del proyecto. Aparte de la Frauenkirche de Dresde, nunca antes un proyecto cultural había recibido en Alemania semejante suma procedente de donaciones.
Destinada a todos los públicos y no solo a las élites, el concepto reflejará esta contribución del ciudadano ofreciendo un amplio programa de actuaciones que abarca todos los estilos, desde la música clásica hasta el jazz. Para disfrutarlo, habrá que esperar sin embargo hasta 2010, fecha para la que está planeado el concierto inaugural.