Magath contra Fischer: la leyenda contra la fábula en Berlín
7 de abril de 2022Felix Magath debería ser reconocido como auténtica leyenda del fútbol alemán. En la Bundesliga jugó siempre para el Hamburgo (también pateó el balón para el 1. FC Saarbrücken, pero en segunda división). En 1983 ganó precisamente con el club hamburgués la Copa de Campeones Europeos, antecedente de la actual Champions League. Alzó además en tres ocasiones la charola de campeón de la Bundesliga, y el único gran título que se le pareció escapar fue el de un mundial con la selección alemana.
Su último partido como internacional lo jugó precisamente en el Estadio Azteca de México, en la final de la Copa del Mundo de 1986, que ganó la selección de Argentina encabezada por Diego Armando Maradona.
Triunfos, controversia y veto
Como entrenador, Felix Magath también logró auténticas hazañas en la historia del fútbol alemán. Las más obvias son el par de "dobletes” con el Bayern Múnich (Bundesliga y Copa Alemana), cuando ningún otro club lo había logrado, y por supuesto, el campeonato de Bundesliga con el Wolfsburgo en 2009.
Pese a todo este palmarés, la primera frase de este texto está escrita en condicional. Porque, al mismo tiempo que a Magath se le reconocen todos sus logros, se le cuestionan también sus procedimientos dentro y fuera de la cancha.
En 2009 había llamado la atención que Magath reclamara para sí, y al mismo tiempo, todas las posiciones clave como gerente, entrenador y director deportivo del Wolfsburgo. El título de campeón acalló aquellas críticas.
Pero los fulminantes enroques de Magath como entrenador del Wolfsburgo y del Schalke fueron vistos con malos ojos, de tal manera que entró en vigor una especie de veto no declarado contra el técnico en Alemania.
De ganar títulos a salvar equipos
Así, Felix Magath emigró a la Premier League con una misión premonitoria: salvar del descenso al FC Fulham. No lo logró, pero de todos modos impuso una marca: inauguró la lista, hoy ilustre, de entrenadores alemanes en la liga inglesa.
Magath no dirigía a un equipo profesional desde que salió del Shandong Luneng Taishan, de China, en diciembre de 2017. Pero, siempre estratega, "forzó” su regreso al fútbol alemán el pasado 13 de marzo, tras casi diez años de ausencia, al tomar en sus manos toda una "patata caliente”: las riendas de un equipo desesperado, caótico y a punto de descender como lo es el Hertha Berlín.
El camino es arduo, y el final, incierto. Aunque no estuvo en el banquillo, Magath comenzó su retorno a la Bundesliga con un brillante triunfo del Hertha sobre Hoffenheim. El siguiente partido lo perdió en la jornada 28 contra el poderoso Bayer Leverkusen.
Así, el entrenador de brillante trayectoria tiene seis partidos más para demostrar que aún puede salvar del descenso a un club de la Bundesliga, o si, por el contrario, ve cómo finaliza definitivamente su carrera de entrenador a sus 68 años, y de modo un tanto patético.
Urs Fischer y la fábula del Union Berlin
El viejo lobo de mar se enfrentará en la jornada 29 a un estratega de perfil muy distinto. El suizo Urs Fischer, del cual ya se ha escrito en estos espacios, ha dirigido a solo cuatro clubes en toda su carrera. Al contrario de Magath, al cual se le atribuyen actitudes autoritarias, el técnico sabe que dirige a una generación distinta.
En el Union Berlin, el secreto está en escuchar, dice. "Me parece bien que hoy los jugadores pregunten más. Como entrenador, debes asumir que así debe ser”. Sin embargo, "es importante que ellos entiendan que son parte de un todo, y que el mundo no gira a su alrededor”, aseguró Fischer al diario Welt am Sonntag.
Sin ser dirigida a Magath, otra frase de Fischer parece hecha a la medida de su próximo oponente en el banquillo: "Como entrenador, tienes que estar dispuesto a avanzar con los tiempos, y no siempre hablar del pasado”.
El partido Hertha Berlin contra Union Berlin enfrentará a la leyenda contra la fábula, en las figuras de Felix Magath y Urs Fischer. Ambas han demostrado que son capaces de cosechar logros. Pero en la cancha del Estadio Olímpico de Berlín se verá cuál de las dos, frente a frente, es la que puede más.