Fecha crucial para Irak
25 de junio de 2004El periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort, señala: "todo el mundo espera el 30 de junio. Ese día, los estadounidenses traspasarán el poder civil a los iraquíes, encabezados por su presidente interino, Ijad Allawi. Los extremistas del país ponen de manifiesto lo que piensan al respecto, mediante un terrorismo cada vez más sangriento. (...) En realidad no será mucho lo que cambie a contar del 1 de julio. (...) Los soldados extranjeros permanecerán en Irak, porque el país aún no está en condiciones de velar por la seguridad. Ello seguirá dando pretextos para cometer atentados a los extremistas que provienen de diversos orígenes, desde simpatizantes del antiguo régimen hasta fundamentalistas islámicos. Su brazo alcanza hasta Turquía, como lo han demostrado los últimos atentados en Estambul y Ankara."
¿Fiesta o luto?
Il Messaggero, de Roma, comenta que "el 30 de junio ha sido declarado día de fiesta en Irak, pero existe el peligro de que se transforme en día de luto nacional. Nunca antes la paz había estado tan distante de Irak como ahora. Se trata de una guerra anunciada. Porque desde hace semanas se sabe que el día del traspaso (formal) de poder a los iraquíes, que los medios de comunicación celebrarán en el mundo entero, podría convertirse en una jornada de muerte para aquellos que viven en Irak y en el resto del país. (...) Podría ser verdad que el 30 de junio marque al menos el inicio de un cambio pero, para la gente común y corriente, ese día tiene sólo un significado: les causa temor."
Única esperanza
El rotativo Tagesanzeiger, de Zurich, presenta la otra cara de la medalla y apunta: "¿Acabará la violencia tras el 30 de junio? Muchos iraquíes así lo creen. Depositan grandes esperanzas en un gobierno propio y en sus propias fuerzas de seguridad. Es algo difícil de comprender, en vista de la a menudo escasa eficacia de la nueva policía civil iraquí y de la defensa civil. Pero ése es el único rayo de luz en el horizonte. El levantamiento perderá su sustrato sólo cuando la lucha contra la guerrilla -nos referimos principalmente a la lucha intelectual y moral- se convierta en un movimiento que abarque al pueblo. Si no se opera ese proceso de cambio de modo de pensar, la transformación política estará condenada al fracaso. De momento no se puede pensar en elecciones, en vista de las dimensiones de la violencia."