Falta de sensibilidad con símbolos nazi
13 de enero de 2005Por lo general, el humor británico goza de una excelente fama. Sin embargo, cuando se trata de la historia nazi y el uso de símbolos del nazismo, hasta los británicos pierden a veces su sentido de lo sutil.
El príncipe Harry, controvertido segundo hijo del heredero de la corona británica, ha desatado una gran polémica al vestirse como soldado nazi en una fiesta de disfraces, pese a disculparse por el hecho. El diario “The Sun” desplegó en portada una amplia foto del príncipe, de 20 años, con bebida y cigarrillo en mano, con el uniforme nazi del desierto y la típica esvástica negra con campo blanco redondo en un brazalete rojo.
“Harry el nazi” es el titular del periódico, que muestra al joven en la fiesta de cumpleaños de un amigo, Harry Meade, el pasado sábado en el condado de Wiltshire, en el suroeste de Inglaterra. Meade, de 22 años, pidió a 250 amigos que eligieran disfraces vinculados con 'lo colonial y lo indígena' para la extravagante juerga.
“Mal gusto”
Para paliar el daño, la administración de Clarence House, residencia oficial del príncipe Carlos, emitió inmediatamente un comunicado en el que Harry expresó sus disculpas por haber causado alguna ofensa. “Fue una mala elección de disfraz y me disculpo”, señaló la nota. Pese a todo, políticos, organizaciones judías y muchos comentaristas se unieron a condenar hoy el episodio, que se produce días antes de las conmemoraciones sobre el sexagésimo aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz (Polonia).
Consecuentemente, Israel no tardó en expresar su condena. “Creo que cualquiera que trate de justificarlo con el argumento de que se trata de un mero comportamiento 'de mal gusto’, puede alentar a otros a pensar que aquella época (el Tercer Reich) no fue tan terrible como tratamos de inculcar a las jóvenes generaciones en el mundo libre”, dijo el ministro de Exteriores de Israel, Silván Shalom, en una rueda de prensa en Tel Aviv.
En Alemania imposible
El uso de símbolos nazi, las comparaciones con aquella época y las alusiones mediante el bigote de Hitler son bastante frecuentes en la sociedad británica. Por lo que no es de extrañar, que un joven, como el príncipe Harry, pueda pensar que disfrazarse como nazi podría ser una idea muy graciosa. El uso extensivo de metáforas relacionadas con el régimen nazi –especialmente en la prensa amarilla del Reino Unido- podría fácilmente llevar a minimizar los crímenes del régimen de Hitler. Y es precisamente el propio diario sensacionalista “The Sun” un buen botón de muestra.
Sin embargo, existen también buenos ejemplos del famoso humor sobre esa extraña fijación por la historia nazi y la segunda guerra mundial.
En la legendaria seria de televisión creada por John Cleese (Monty Phython) que se llamaba “Fawlty Towers”, el cómico Cleese interpreta al dueño y gerente de un hotel. En el salón de desayunos, Cleese recoge el pedido de una pareja alemana y los marea con alusiones sobre la Segunda Guerra Mundial:
Cleese: Así que ustedes desean dos huevos fritos, una empanada Goebbels, una ensalada Göring...
Alemán: ¿Podría dejar por favor de hablar permanentemente de la guerra?
Cleese: Ustedes empezaron
Alemán: Nosotros no hemos empezado.
Cleese: Claro que si, ustedes invadieron Polonia...