Extremismo de izquierdas: ¿es serio el riesgo en Alemania?
4 de junio de 2023Graves lesiones personales y pertenencia a una organización delictiva: por estos cargos, la estudiante alemana Lina E. fue condenada a cinco años y tres meses de prisión por el Tribunal Regional Superior de Dresde el 31 de mayo de 2023. Tres acusados más recibieron penas de tres años y tres meses. Las víctimas agredidas por el cuarteto eran extremistas de derechas.
El presidente del tribunal, Hans Schlüter-Staats, recordó en su motivación de la sentencia la agresión a un presunto neonazi que había sido gravemente golpeado y había quedado "marcado de por vida" a causa de una gorra con un logotipo de extrema derecha. Este acto muestra adónde conduce el antifascismo militante.
Según la Oficina para la Protección de la Constitución 2022, el potencial de extremismo de izquierdas sigue siendo "elevado". El número de extremistas de izquierda susceptible a la violencia ha aumentado en unos 700 hasta alcanzar los 10.300.
"Los actos de violencia son llevados a cabo de forma planificada y selectiva por pequeños grupos que actúan de forma conspirativa y profesional", según la Oficina de Protección de la Constitución, el foco de la violencia es "sobre todo la policía y los extremistas de derecha identificados como tales, pero también las empresas comerciales, especialmente del sector inmobiliario, siguen siendo blanco de ataques". Además, algunas partes del escenario trataron de influir en las protestas por el clima.
Violencia de izquierda disminuye, crímenes de odio de ultraderecha aumentan
Las estadísticas registran empero, que el extremismo de izquierdas está en franco retroceso. Las cifras sobre delitos por motivos políticos presentadas por la Oficina Federal de Policía Criminal (BKA) en mayo de 2023 muestran un descenso generalizado del 31%.
Sin embargo, se trata sobre todo de delitos de propaganda y daños a la propiedad. El número de agresiones registradas sólo ha descendido un 9%, de 438 a 399. Lo contrario se observa con el extremismo de derechas: un aumento de más del 16%, de 869 a 1013.
El presidente de la BKA, Holger Münch, se toma estos acontecimientos muy en serio: los crímenes de extremistas "van dirigidos contra nuestro orden básico democrático libre y ponen en peligro nuestra paz social". Con ello se refiere en particular al extremismo de derechas y a los delitos de odio, muy extendidos en Internet.
Las grandes ciudades de Berlín, Hamburgo y Leipzig se describen como puntos calientes. Lina E., condenada recientemente a una larga pena de prisión, es natural de Leipzig. La ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, comentó la decisión del juez: "No debe permitirse que continúe esta espiral de radicalización y violencia". Al parecer, los umbrales de inhibición se han hundido, sospecha la socialdemócrata.
Protestas por el clima: ¿un nuevo extremismo?
El concepto de desobediencia civil se está reinterpretando. La resistencia deliberada y a veces violenta se equipara a los movimientos de derechos humanos y civiles que protestan de forma no violenta contra los sistemas de injusticia. Ahora son cade vez más frecuentes los bloqueos callejeros sistemáticos en Alemania por parte del grupo de protección del clima autodenominado "Última Generación".
Mientras tanto, sus miembros que pegan sus manos en las autopistas, paralizando el tráfico, acaban cada vez más entre rejas. En mayo se llevaron a cabo redadas por todo el país bajo la sospecha de formar una organización criminal. Las actuaciones de las autoridades de seguridad desencadenaron un acalorado debate sobre la proporcionalidad.
Incluso antes de llegar a esto, el politólogo Armin Pfahl-Traughber, experto en extremismo, había defendido a los activistas de la Última Generación contra la acusación de extremismo de izquierdas en un podcast de la "Bundesfachstelle Linke Militanz": "Se dejan detener por la policía. No se defienden contra ella. No usan la violencia contra los policías".
Todos estos son rasgos distintivos en comparación con las acciones de los extremistas de izquierda. Sin embargo, Pfahl-Traughber no quiere legitimar las acciones. Las considera "estratégicamente equivocadas" debido al descontento generalizado entre la población. Y le preocupan futuros desarrollos: "Si hay grandes experiencias de frustración en el movimiento climático, entonces un pequeño grupo podría radicalizarse cada vez más”.
(jov/ct)