¿Extranjeros en peligro en el Este alemán?
24 de abril de 2006
Que una delegación nigeriana haya cancelado su reservación en un hotel de Potsdam, Brandeburgo, hace realidad la pesadilla: los visitantes al Mundial de Fútbol 2006 en Alemania tienen miedo a enfrentarse a ataques racistas. Miles de ciudadanos de Potsdam desfilaron ayer a la calle para expresar el rechazo de la inmensa mayoría de ciudadanos del Este a la xenofobia.
Políticos en buenos términos
Políticos y colectivos de extranjeros de Alemania piden contundencia contra el racismo y las provocaciones ultraderechistas en los estadios, tras los ataques xenófobos en el Este del país y ante el temor a que éstos salpiquen el Mundial. "Los visitantes de todo el mundo deben sentirse bienvenidos y seguros en nuestro país", afirma el primer ministro de Baviera, Edmund Stoiber, en el diario dominical Bild am Sonntag.
Por su parte, el ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia, Ingo Wolf, apeló a los ciudadanos a plantar cara a la ultraderecha y mostrar en el Mundial que "Alemania es un país abierto y tolerante". Las declaraciones de los políticos, ambos del sur y el oeste del país, se producen tras el brutal ataque en Postdam, ciudad vecina de Berlín, a un etíope-alemán, en coma desde hace una semana, que ha abierto un debate sobre la xenofobia en el Este.
Merkel vs. Schäuble
La canciller Angela Merkel, originaria del Este, condenó esa agresión y anunció contundencia. Los dos presuntos atacantes, dos corpulentos vigilantes de discoteca, fueron detenidos y les auguran largas condenas, de confirmarse su autoría. Pero su titular de Interior y responsable de Deportes, Wolfgang Schäuble, levantó olas al atribuir el avance de la ultraderecha a secuelas sociales de la Alemania comunista, lo que a Merkel no le gustó y valió una rectificación al ministro.
Brandeburgo: "No- go-area"
Afortunada o no la afirmación de Schäuble e independientemente del discurrir de ese caso, es cierto que los ataques xenófobos son casi diarios en el antiguo territorio comunista, atribuidos al alto índice de paro y falta de perspectivas para la juventud. Brandeburgo, cuya capital es Potsdam, encabeza el ránking de actos racistas o ataques de la ultraderecha del país. Colectivos de africanos de Berlín y Brandeburgo editarán un catálogo de 'No-Go-Areas' o zonas peligrosas para visitantes que no son de raza blanca, lo que incluye algunos estadios de fútbol. "No es casualidad que la única selección que se concentrará en Brandeburgo sea la ucraniana", comentaba Christoph Dieckman, del semanario Die Zeit. La mayoría ha optado por zonas más seguras y las africanas, latinoamericanas y asiáticas se repartirán por el sur y oeste.
Extranjeros al sur y al oeste
El programa Panorama, de la televisión pública, comentó el caso un jugador africano del Sachsen Leipzig, Adebowale Ogungbure, sometido semana a semana a insultos desde la grada y que acabó con una denuncia por responder con un desafiante saludo hitleriano. El reportaje no se detenía ahí: mostraba a un aficionado diciendo claramente ante la cámara que lo que había que hacer con Ogungbure es "simplemente fusilarlo". Otro explicaba sin pudor que "el enemigo no es el negro, sino aquel que permite que pueda jugar aquí". Y así otros testimonios, captados un fin de semana cualquiera, en cualquier estadio. Gerald Asamoeh y Patrick Owomoyela, ambos negros, saben del acoso de la ultraderecha, que en volantes y páginas web les considera indignos de una selección blanca.