Evo Morales y el Papa: ¿lobby en el Vaticano?
15 de diciembre de 2017Para su quinto encuentro con el jefe de la iglesia católica, Evo Morales había anunciado que presentaría los avances en la demanda ante La Haya contra Chile por el tema marítimo. El mandatario boliviano llegaba en medio de las críticas por las modificaciones que le permitirán postular a un cuarto período como presidente.
Evo Morales espera regresar a La Paz con el respaldo de Francisco, quien en su visita a Bolivia en 2015 llamó al entendimiento para "evitar conflictos con los países hermanos (...) Estoy pensando en el mar. Diálogo, diálogo".
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El gobierno chileno no ha ocultado su molestia por este intento de involucrar al pontífice en el tema, y su embajador ante el Vaticano pidió expresamente al Papa y a cualquier persona "que se abstenga de opinar hasta que se pronuncie el tribunal de La Haya", sobre todo en vísperas de la visita de Francisco a Chile en enero próximo.
Tras los 28 minutos de reunión, el breve informe oficial indicó que sólo se trataron temas de interés común y el aporte de la iglesia. "Mi hermano Papa Francisco, como siempre solidario, humano e integracionista. Sus reflexiones por los más pobres, sus oraciones por la paz y contra la injusticia, siempre son para reflexionar", indicó Morales en Twitter tras finalizar la reunión.
En Bolivia, la estrategia del mandatario es tomada con cautela. "En vista del impacto que tiene la disputa con Chile, pues el tema del mar suscita emociones todavía fuertes, Morales puede tratar de contrarrestar una reciente caída de su popularidad con ese encuentro, uniéndose así emociones religiosas y políticas", opina Enrique Fernández García, escritor y analista político boliviano.
Jonas Wolff, politólogo del Instituto de Investigación de la Paz, de Frankfurt (HSFK, por sus siglas en alemán), considera que Morales "apuesta por buscar aliados en este tema, como parte de una estrategia de Estado, pero la principal vía es la jurídica, por lo que este tipo de apoyos no son tan importantes. Al mismo tiempo, los actores en Europa no van a posicionarse claramente en esta disputa entre Bolivia y Chile".
Legitimación para un nuevo mandato
La gira por Europa, en la que participó en la cumbre One Planet sobre cambio climático en París y firmó acuerdos de cooperación en Austria y Suiza, le ha permitido a Morales exhibir sus logros sociales y conseguir apoyos en su proyecto de tren bioceánico, que unirá las costas del Pacífico y del Atlántico, pasando por Bolivia. Estos encuentros pueden ser vistos también como una búsqueda de legitimación por parte del presidente boliviano, muy criticado tras la decisión del Tribunal Constitucional de su país, que le permite postularse para un cuarto mandato, en circunstancias de que la Constitución que él mismo promovió, autoriza sólo dos períodos.
En la retina todavía está la imagen de Juan Pablo II, quien a pesar de que se cuidó de no aparecer respaldando la dictadura de Pinochet en su visita a Chile en 1987, terminó saludando desde el balcón de La Moneda a la multitud reunida en la plaza frente al palacio de gobierno. La postal del pontífice junto al dictador fue un importante dividendo que sacó el gobierno militar, en su interés por instrumentalizar la visita.
"Debido a los cuestionamientos que, a nivel nacional e internacional, ha originado el fallo que le permite una nueva candidatura, Morales procura conseguir apoyo o, aunque sea, mostrar que algunos vínculos no fueron afectados por esa determinación judicial", sostiene Enrique Fernández. "Hace pocos días, la Conferencia Episcopal Boliviana cuestionó la posibilidad de otra repostulación, por resultar contraria a la democracia y el Estado de Derecho, además de contradecir lo que ya había sido expresado por la ciudadanía en un referendo del año 2016", agrega el analista político.
Jonas Wolff cree que se trata de una estrategia mediática del gobierno, pero sin mayores consecuencias. "Tal vez tiene un efecto marginal, porque la figura del Papa, y ahora como latinoamericano, tiene mucho apoyo en la región. Puede aportar un poco a la imagen, pero hablamos de elecciones en 2019, lo que todavía está lejos y, al mismo tiempo, como es una cuestión bastante polarizada, no es que alguien vaya a apoyar a Morales por esta visita, el electorado bolivano no es así".
"La búsqueda de respaldo, expreso o tácito, del Papa Francisco puede ser entendida debido al hecho de que, por un lado, el catolicismo es la religión con más fieles en Bolivia y, por otro, es la institución que goza de mayor credibilidad, por lo cual las críticas que formula contra su régimen son relevantes en pos de tener mayor legitimidad", sostiene Fernández.
Con todo, lo que decidirá la elección serán otros temas, opina Wolff: "Lo más importante será el manejo de la economía, cómo se logra adaptar este modelo de crecimiento inclusivo en un contexto de bajo precio de las materias primas, cómo se van a mantener las políticas sociales, lograr éxitos en inversión pública y empresas estatales, y los casos de corrupción". Por otro lado, será clave la propia estrategia de la oposición y sus propuestas, afirma el experto. Si ésta logra crear una plataforma con agenda propia, podría ser una competencia seria.
¿Democracia en peligro?
El politólogo Jonas Wolff considera que la posibilidad de una nueva reelección de por sí no es una amenaza para la democracia: "En Alemania, aunque con un sistema parlamentario, conocemos esta figura de una postulación casi eterna y a fin de cuentas el que decide es el pueblo, como en el caso de Helmut Kohl o el de Angela Merkel. Pero incluso en un sistema presidencial, no sólo porque un presidente pueda postularse una y otra vez, esto significa que no haya democracia".
En su opinión, "el problema tiene que ver con el procedimiento por el cual se habilitó a Morales, a través de una interpretación del tribunal constitucional plurinacional de que la prohibición de repostularse choca con el derecho fundamental político de cada ciudadano de ser elegido, lo que está en la Convención Interamericana de Derechos Humanos".
El riesgo, también para la democracia, es la cercanía del tribunal con el gobierno. "El rol de la constitución es impedir que los gobernantes puedan hacer lo que quieran, pero con un tribunal constitucional de su línea pueden interpretar y cambiar la constitución libremente", afirma Wolff, quien considera que en el actual contexto, con una mayoría que se expresó en contra de esta modificación, la polarización podría aumentar, además del efecto de deslegitimar las instituciones democráticas ante la opinión pública.
Victoria Dannemann (VT)