Evasores fiscales en alerta

El diario Frankfurter Rundschau cuestiona al respecto: “¿Se vale hacerle trampas a los tramposos? Si confiamos ciegamente en nuestros instintos, hay una sola respuesta posible a esta pregunta. Claro que el Estado debe hacer todo lo posible por detener a quienes engañan doblemente a la comunidad. De hecho, ya el simple rumor surte su efecto. Que discutan pues los políticos sobre qué se debería hacer con los datos de las cuentas suizas. Cuanto más dura el debate, más se desdibuja el círculo de posibles sospechosos y más cantidad de de evasores inquietos se autodenuncian. En beneficio de toda la sociedad."

Dudoso terreno legal

Desde Fráncfort del Óder, el Märkische Oderzeitung comenta: “Claro estaba, sin embargo, que al negociar con el antiguo empleado bancario, tanto el Estado como las autoridades de procesamiento penal ingresaban en un terreno legal dudoso. Porque de cierta manera se convertían en encubridores. Pero probablemente puedan estar contentos de que la psicología de un evasor fiscal tienda más bien a pagar y callar, que a un enfrentamiento jurídico a lo grande y hasta las últimas consecuencias.”

Emoción y razón, en contradicción

También el rotativo Badische Zeitung analiza el tema de la evasión fiscal: “Ahora es la voz del pueblo la que simplifica las cosas del mismo modo que aquéllos que dicen que el Estado no debe en ningún caso negociar con criminales. También en el ámbito de las drogas o de los robos de arte son comunes las negociaciones al borde de la legalidad, cuando no se encuentra ninguna otra salida. Y Suiza no es precisamente cooperativa cuando se trata de investigaciones fiscales. La emoción recomienda entonces comprar los datos bancarios, aunque la razón haga una advertencia. Pero se presume que, por la discusión pública, de todos modos ya falló el trato."

Gobierno negocia con sutil canalla

El Märkische Allgemeine de Potsdam: “Cuando se trata de recaudar impuestos, ya casi todo es posible. Pero, ¿puede el Estado actuar como encubridor y utilizar datos robados, sólo en bien de la inspección fiscal? La salvaguardia de datos no es intangible. Si alguien tuviera una lista de pedófilos peligrosos, habría que priorizar la protección de inocentes a la protección de datos. La pregunta debe ser: ¿Es el delito de evasión fiscal cuestión tan grave como para relajar la protección de datos y ayudar a un ladrón de datos a enriquecerse? El ejemplo del pedófilo también llama la atención sobre otro aspecto: Quien sabe de un delito penal grave, debería denunciarlo de cualquier modo. ¿Qué se puede opinar de una cultura legal en la cual el sutil canalla negocia con el Estado?”

Editor: Enrique López Magallón