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Europa y la constelación Trump-Putin

Zorica Ilic
20 de enero de 2017

La constelación de poder en Estados Unidos y Rusia puede generar inestabilidad en los Balcanes hasta el punto de propiciar un nuevo conflicto armado en esa región, comenta el politólogo e historiador Siebo Janssen.

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Symbolbild US-Wahl - Donald Trump & Wladimir Putin
El presidente de EE. UU. (izq.) y su homólogo ruso.Imagen: picture-alliance/dpa/S. Thew & A. Druzhinin/Ria Novosti/Kremlin Pool

En Europa se teme que el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el mandatario ruso, Vladimir Putin, sellen una alianza. Según Siebo Janssen, ese recelo no es gratuito: el experto del Instituto de Historia Angloamericana de la Universidad de Colonia advierte que la distensión de las relaciones entre Washington y Moscú es deseable, pero no a costa de la libertad, la democracia y los derechos humanos en las zonas bajo su influencia directa, ni tampoco si esa concordia atenta contra la estabilidad en el Viejo Continente. DW habló con Janssen, politólogo, historiador y conocedor de la antigua Yugoslavia, sobre el acercamiento de esos dos "hombres fuertes”.

Deutsche Welle: Dr Janssen, ¿qué cambios prevé usted en las relaciones transatlánticas tras el ascenso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos?

Siebo Janssen: Yo veo venir cambios en tres áreas. Donald Trump quiere restringir radicalmente el libre comercio entre su país y la Unión Europea; si lo logra, es posible que tenga lugar una guerra comercial entre ambos.  Por otro lado, a Trump no le interesa que el bloque comunitario sea un socio fuerte y capaz de resolver sus propios problemas políticos, sino todo lo contrario; todo apunta a que Trump quiere debilitar y desestabilizar a la UE uniendo fuerzas con el presidente ruso, Vladimir Putin, quien parece tener intereses similares. Como muestra, un botón: el Kremlin financia a partidos de ultraderecha en Europa. Además, Trump tacha a la OTAN de obsoleta pese a que los países de Europa Oriental la necesitan cada vez más.

Washington y Moscú tienen intereses disímiles en la zona oeste de los Balcanes. ¿Qué pasará si se alinean?

En esa región siguen estando vigentes los regímenes nacionalistas que surgieron tras la disolución de Yugoslavia y las tensiones generadas por líneas fronterizas que no todos aceptan. Yo temo que se pierda la estabilidad alcanzada porque, mientras la Rusia de Putin sigue teniendo interés en fortalecer a Serbia –que es sólo una de las partes en discordia–, Trump no luce dispuesto a que Estados Unidos continúe mediando para evitar el recrudecimiento del conflicto balcánico. Yo temo que los serbios empiecen a levantar la voz.

Kosovaren in Sorge über Trump-Präsidentschaft
El ascenso de Trump no pasa inadvertido en Kosovo.Imagen: DW/M. Nazar

Trump ha dicho que la OTAN es una instancia obsoleta, pero Putin no ha dejado de ver a la Alianza Atlántica como una amenaza y, por eso, se esmera en impedir que la OTAN reclute nuevos miembros en los Balcanes. ¿Terminará Estados Unidos dejando que Rusia controle el oeste de la península?

No creo que vaya a haber una expansión de la OTAN en los próximos años. Trump no tiene interés alguno en ello y si Washington no muestra interés es normal que esa coalición pierda relevancia. Por otro lado, yo pienso que Trump va a declarar los Balcanes como un problema exclusivo de la UE y que, como en el bloque comunitario no existe una posición unánime sobre la materia –Kosovo no es reconocida por todos sus miembros, por ejemplo–, Rusia terminará, de facto, ejerciendo una fuerte influencia sobre ese ámbito.

En los Balcanes cunde la sensación de inseguridad. En Kosovo temen que Estados Unidos retire sus tropas de la región y que tenga lugar una división territorial. ¿Tiene fundamento esta inquietud?

Ese miedo está justificado. El primer ministro serbio, Aleksandar Vučić, amenazó indirectamente con comenzar una nueva guerra y los líderes albano-kosovares reaccionaron con tono marcial. Los albano-kosovares aspiran a quedarse con todo el territorio kosovar y los serbios no quieren reconocer a Kosovo como un Estado independiente antes de recuperar la parte norte de su territorio. Allí hay mucho potencial para futuros conflictos. Lo que no se sabe es si la Unión Europea está en capacidad de estacionar numerosas tropas en la zona para evitar a largo plazo que estalle una batalla. Yo he hablado con mucha gente de los Balcanes, incluidos representantes de organizaciones no gubernamentales. Todos creen que en los próximos tres o cuatro años habrá allí un conflicto armado si Occidente no contribuye a consolidar la democracia y la sociedad civil. Si Estados Unidos se aísla, eso no será posible.