Europa ve con escepticismo las reformas en Siria
17 de febrero de 2012De espaldas a la censura de la Asamblea General de Naciones Unidas, la violencia en Siria escala. El Ejército del régimen de Bashar al Assad ha seguido combatiendo con fuego los bastiones de la ola insurgente. Paralelamente a la resistencia armada de desertores, se prevén protestas masivas bajo el lema de “resistencia del pueblo”.
Desde Alemania, la canciller alemana, Angela Merkel, apoya la condena por parte de la Asamblea General, llama a China y Rusia a cambiar su opinión en cuanto a un resolución contra Siria en el seno del Consejo de Seguridad. Y, por supuesto, exhorta al presidente sirio a hacerse eco del “inconfundible llamado de la comunidad internacional a parar con la violencia y el derramamiento de sangre de su propio pueblo”.
Mientras tanto, desde Lima, el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, exige de Damasco permitir la entrada inmediata de ayuda humanitaria. Seis mil vidas se ha cobrado ya esta ola de protestas que comenzó en marzo de 2011 y que ha tenido la violencia gubernamental como respuesta.
Sin cascos azules
“El Gobierno ha lanzado una operación para recobrar los territorios en donde ha perdido el control. Cubierto por su protector ruso, el presidente Bashar al Assad no tiene nada que temer. Habrá más balances sangrientos… La impotencia de occidente es evidente; el camino hacia el Consejo de Seguridad está cerrado. En Siria no habrá cascos azules, ni corredores humanitarios, ni zonas de protección”, afirma el diario francés Le Figaro en su editorial.
No a las reformas de Assad
Desde Amman, por otro lado, Ulrich Leidholdt cuestiona, para la emisora alemana Südwestrundfunk, tanto el tono con el que el presidente Assad reaccionó a la censura de Naciones Unidas como la pérdida de sentido de la realidad en Damasco. “La mayoría de los sirios quiere reformas. Pero no salen a las calles, no atentan contra las leyes, no matan a nadie. Ésa es la mayoría”, afirmó Assad anunciando con fecha concreta un referéndum para modificar la Constitución.
“Esto para nosotros es táctica política o diplomática. Cuando el régimen se siente presionado internacionalmente, da un paso y hace reformas. A la vez que continúa la violencia. Esos referendos y anuncios del presidente Assad son una manera de ganar tiempo para poner en acción ofensivas militares mayores”, dijo al respecto a la emisora alemana Deutschlandfunk Bassam Adullah, médico sirio en Berlín, miembro de la oposición en el exilio.
Pero, ¿no era la convocatoria a un referéndum para cambiar la Constitución una de las exigencias del movimiento opositor? “Al comienzo de la revolución era, efectivamente, parte de las reformas planteadas. Pero ahora ya no. De este régimen no cabe esperar reformas”, afirma Adullah. Así, el Consejo Nacional Sirio, la coalición opositora, llama a boicotear el llamado a las urnas el 26 de febrero. Según opositores, la carta magna redactada por el Gobierno de Damasco, no ofrece enmiendas sustantivas. Que Assad deje el poder es ahora la exigencia número uno.
¿Y ahora?
Desde París, Nicolas Sarkozy, presidente francés, después de un encuentro con el primer ministro británico, David Cameron, ha declarado: "No vamos a permitir que un dictador masacre a su pueblo". ¿Suena parecido al caso de Libia?
Entretanto, Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, ha excluido la posibilidad de que la alianza intervenga en el conflicto en Siria aun si hubiese un mandato de Naciones Unidas para proteger a la población civil; también una participación en corredores de seguridad quedo descartada. Así, mientras las organizaciones de ayuda humanitaria se reúnen en Berlín, los ministros de Exteriores de la Unión Europea preparan para finales de febrero una reunión para decidir acerca de nuevas sanciones contra el régimen de Assad.
Autora: Mirra Banchón
Editor: Enrique López