Europa se defiende de la explosión de precios de la energía

Los impuestos ecológicos aplicados a la gasolina detonaron en 2018 y 2019 las protestas de los llamados "chalecos amarillos". Esta es una de las razones por las que Francia quiere poner, este año, un tope del cuatro por ciento al alza del precio de la electricidad. Se decidió, en consecuencia, subvencionar los precios de la empresa estatal de energía. El Estado gastará 8.000 millones de euros.

En el otoño europeo, la falta de conductores de camiones provocó desabastecimiento en las gasolineras británicas. Si los precios de la energía siguen subiendo pronunciadamente, organizaciones de defensa de los consumidores calculan que la cuarta parte de los hogares británicos se verá en aprietos cuando, en primavera, dejen de regir los actuales límites de precios de la electricidad y el gas.

Antes como jefe del Banco Central Europeo y ahora como primer ministro italiano, Mario Draghi abre el grifo del dinero. Italia ha gastado, desde septiembre, miles de millones de euros para paliar el problema de la energía y ha asumido las cuentas de gas y electricidad de millones de hogares y empresas pequeñas. El IVA del gas se rebajó al 5 por ciento. Costos, hasta ahora: 8.000 millones de euros.

Ya en el verano de 2021, el Gobierno de Madrid redujo el IVA de la electricidad al 10 por ciento. En septiembre, se rebajó al 0,5 por ciento, el mínimo registrado en la Unión Europea (UE). De ese modo, se quiere evitar que se les corte el suministro a las familias más pobres. Y se espera que los abastecedores trasladen sus ganancias, derivadas del aumento del precio del gas, a sus clientes.

En solo un año, el precio del gas natural se ha duplicado con creces en Grecia. La electricidad subió un 45 por ciento y el petróleo para calefacción, un 35 por ciento. Aunque las arcas fiscales están vacías desde la crisis de 2010, el Estado intenta paliar el efecto de las alzas con subvenciones. Costo, tan solo en enero: 400 millones de euros.

El IVA al combustible ya se rebajó y, a partir de febrero, se eliminará transitoriamente el impuesto a los alimentos. También se prevé reducir el impuesto a los hidrocarburos. Esto alegra a los alemanes que cruzan la frontera para cargar sus tanques de combustible en Polonia: en promedio, ahorran un 20 por ciento. La gasolina que se vende en Polonia proviene en gran parte de refinerías alemanas.

¿Cuánto podrá aplicar el nuevo primer ministro checo, Petr Fiala, de los planes de su antecesor? Se proyectaba limitar el impuesto a la venta de electricidad y gas, y eliminarlo a partir de 2023. El tiempo apremia, porque cada vez más checos padecen por el alza de precio de la energía. Y eso hace que muchas personas rechacen ya el "Pacto Verde" de la UE, por considerarlo imposible de financiar.