Europa: ¿norte contra sur?
12 de agosto de 2012Mucho antes de la actual crisis económica y de deuda en Europa, investigadores de la Unión Europea señalaron una y otra vez que entre los 27 estados miembros existe una considerable diferencia en cuanto a poder adquisitivo. Desde hace décadas, funciona la siguiente fórmula: en el norte viven los ricos, en el sur los menos pudientes. Tras la incorporación de los países del este se instauró en 2004 una nueva línea imaginaria de separación: en el oeste hay más bienestar que en el este de la Unión.
La crisis no es responsable del descenso del bienestar
Luxemburgo cuenta con el mayor poder adquisitivo de la Unión Europea. Italia y España se sitúan en un término medio y los países más pobres son Rumania y Bulgaria. Alemania se encuentra por encima de la media. Este reparto entre pobres y ricos no ha cambiado mucho desde la crisis. Hasta el momento, han sido países del sur, como Grecia y Portugal, los que han se acogido al rescate europeo. Irlanda, un estado del norte, que en su día tomó prestado un crédito millonario del fondo de rescate, se encuentra, en lo que a poder adquisitivo se refiere, por delante de Alemania, que carga sobre sus hombros los riesgos del rescate.
Chipre, que también ha pedido ayuda, se sitúa en la media de poder adquisitivo junto a Italia y España. El sobreendeudamiento tiene poco que ver con la riqueza o la pobreza, sino más bien con la política financiera y presupuestaria de cada país. Estonia, que estadísticamente es un país más bien pobre, en su día parte de la Unión Soviética, apenas tiene deudas y cuenta con superávit en estos momentos.
Nuevas líneas de separación
Alexander Stubb, ministro finlandés para Europa, observa otras líneas de separación en la Unión. “Existen distintas coaliciones dentro de la Unión europea. Creo que es una pérdida de tiempo hablar de 'estados fundadores frente a nuevos miembros', 'norte contra sur', 'oeste contra este', 'protestantes frente a católicos'", dijo Stubb durante unas jornadas en Bruselas.
“Por el contrario, las coaliciones en el seno de la Unión resultan siempre funcionales. Se basan en un mismo tipo de conflicto. Se organizan en torno a si se está dentro de la eurozona o no, de si se quiere o no se quiere un mercado común, o de si se es un país con triple “A” o no”, aclaró Tubb.
La cuestión crucial: ¿una deuda común?
“La verdadera línea de separación entre los estados europeos reside en el hecho de mancomunar o no la deuda”, dijo a Deutsche Welle el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt. Alemania, Finlandia y los Países Bajos son los últimos tres países de los 17 que se muestran en contra de emitir deuda común en los mercados. Verhofstadt, que actualmente lidera la fracción liberal del Parlamento Europeo, cree que esa es la verdadera clave: “En esa pugna se encuentra el futuro de la Unión Europea como tal. Cualquiera que analice los acontecimientos con un poco de mesura, llegará a la conclusión de que el euro sobrevivirá y la crisis se acabará solo si se ha logrado una verdadera unión política, económica y fiscal. Ello incluye una deudad común”. Dado que también Francia aboga por la deuda común, la locomotora franco-alemana, que tradicionalmente ha trazado el rumbo de Europa, está de momento parada. “Si la canciller Angela Merkel no es capaz de verlo, comete un grave error”, asegura Verhofstadt.
¿Euro fuerte-euro débil?
La gran diferencia en el rendimiento económico dentro de la Unión Europea, ha llevado al ex presidente de la Confederación de la Industria Alemana, Hans-Olaf Henkel, a una idea controvertida.
Se trata de la instauración de un euro del norte para los países fuertes al norte de los Alpes y un euro débil para el resto. “Para los economistas –y no solo para ellos- debe quedar claro que el euro es muy débil para los países del norte y se ha convertido en una moneda demasiado fuerte para los del sur. Aunque las exportaciones alemanas lo tienen relativamente fácil gracias al euro débil, después los contribuyentes y sus hijos deberán pagar por las consecuencias financieras de los países del sur. ¡Qué locura!”, dijo Henkel en un discurso en Baviera ante simpatizantes del partido “Electores libres”. Henkel, en su día vehemente defensor de la moneda única, aboga ahora por una escisión norte-sur.
“Debemos luchar”
Desde hace décadas, los estados ricos de la Unión transfieren partidas millonarias para ayudas estructurales a los países menos ricos, pues la equiparación económica es una de las tareas básicas de la Unión. Hasta ahora no se ha cuestionado este principio de solidaridad comunitaria, aunque en las negociaciones presupuestarias siempre hubo discusión entre quienes solo contribuían y quienes solo recibían. Por cierto, Grecia siempre fue uno de los mayores receptores de estas ayudas.
El primer ministro italiano, Mario Monti, lamentaba esta semana en una entrevista en la revista “Der Spiegel” el hecho de que volvieran los prejuicios mutuos entre norte y sur, incluso en forma de confrontación. “Me parece muy preocupante y debemos luchar contra ello. Estoy seguro de que la mayoría de los alemanes siente una simpatía instintiva por Italia, al igual que los italianos admiran a los alemanes por sus numerosas cualidades”, dijo Monti.
Autor: Bernd Riegert/MS
Editora: Emilia Rojas