Europa del Este: el socio ausente de Steve Bannon
28 de septiembre de 2018Un sistema de fundación hace posible recaudar dinero de patrocinadores ricos y perseguir, por ejemplo, una determinada agenda política. Ahora, Stephen Bannon, el exestratega jefe del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está siguiendo abiertamente este camino. Este verano, el populista de derecha acaparó titulares en la prensa global cuando anunció que se uniría a una fundación política nacionalista europea.
El fin de semana pasado, Bannon fue visto nuevamente en Italia y, el lunes (24.09.2018), en una reunión con el presidente checo, Miloš Zeman. Quizás Bannon tendrá en mente introducir en Europa su conocimiento sobre cómo influir en los votantes a través de las redes sociales. Y es que el exestratega tiene el conocimiento necesario: Bannon, antes de asumir la campaña electoral de Trump, fue vicepresidente en la junta de la agencia de análisis de datos Cambridge Analytica.
Después de su visita al congreso del partido nacionalista italiano Fratelli d'Italia, Bannon fue citado por medios europeos diciendo que quería acompañar la campaña electoral del Parlamento Europeo en 2019.
No obstante, no ha pasado mucho desde que Bannon llegó y lanzó "The Movement" (El Movimiento), su fundación con sede en Bruselas. La noticia inicialmente hizo bastante revuelo en Europa. Sin embargo, impera el silencio, particularmente en los países de Europa del Este, presentemente liderados por Gobiernos de derecha.
"El Movimiento" no se ha sido tema de discusión en Polonia, la República Checa, Eslovaquia, ni siquiera en Hungría. Al menos no hasta la visita de Bannon al Castillo de Praga el lunes, donde se encontró con un político alemán, con raíces checas, del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD).
Por supuesto, se tomaron fotos juntos y las publicaron a través de las redes sociales. Parece que tenían un objetivo principal: captar titulares.
Desde la polémica cumbre de Helsinki entre Trump y el presidente ruso, Vladimir Putin, los nacionalistas de derecha en Europa Oriental y Central parecen estar manteniendo la distancia de sus contrapartes estadounidenses, particularmente el Gobierno polaco. El actual acercamiento entre círculos de derecha en Estados Unidos y Putin es sospechoso para muchos en Varsovia. El partido polaco de Ley y Justicia (PiS) y su presidente, Jaroslaw Kaczynski, tradicionalmente mantienen a Moscú a raya.
Mientras tanto, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, está dando la impresión de que la solidaridad que busca con otros políticos europeos de derecha, como Marine le Pen, en Francia, y especialmente el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, debe ser negociada por una sola persona: él mismo.
20.000 euros por un discurso de Bannon
En Hungría, el apoyo de alguien como Bannon sería más bien un inconveniente. También es posible que las conexiones entre los ideólogos de derecha de Estados Unidos y Budapest sean simplemente menos extensas de lo que muchos pensaron. El contacto de Bannon en Hungría es Maria Schmift, una aliada de Orban y líder del museo Casa del Terror, que se ocupa de los crímenes de los regímenes comunistas en Europa del Este, especialmente en Hungría.
En mayo, Schmift invitó a Bannon a una conferencia sobre el "futuro de Europa". Poco tiempo después, en los cafés de Budapest, corrieron rumores de que Bannon recibió una tarifa de 20.000 euros por su discurso. La conferencia habría sido financiada con dinero de los contribuyentes.
A pesar de su cercanía con Schmift, algunas fuentes sostienen que la conexión húngara de Bannon se ejecuta principalmente a través de un exasistente adjunto de Donald Trump: Sebastian Gorka, un ciudadano estadounidense con raíces británico-húngaras. Gorka aparece con frecuencia en el canal de televisión estadounidense Fox News como analista de seguridad. Junto con Bannon, Gorka fue parte de la campaña de Trump y se mudó a la Casa Blanca después de ganar las elecciones, aunque luego se retiró rápidamente.
Fundación fundada en 2017
Según informes, "El Movimiento" fue fundado en enero de 2017, no este verano, y no por Bannon, sino por el abogado y político de Bruselas, Mischael Modrikamen, que representa al Parti Populaire, un partido con algunas facciones de extrema derecha, que, aunque es un partido nacional en Bélgica, recibe la mayoría de sus votos en la región de Valonia de habla francesa.
En una entrevista con DW, Modrikamen dijo que en 2017 trató de ponerse en contacto con el equipo de transición de Bannon y Trump, y escribió una carta sugiriendo que "'El Movimiento' debería tener presencia en todo el mundo". "Pero en ese momento realmente no respondieron", afirmó.
Luego, este verano se le acercó el político de extrema derecha Nigel Farage, figura clave en el impulso del "brexit" y miembro del Parlamento Europeo para el partido euroescéptico UKIP. "Nos encontramos para almorzar en Londres", dijo Modrikamen. Bannon También estuvo presente. Poco después, este llegó a ser noticia gracias al anuncio del establecimiento de una fundación en Bruselas.
El objetivo de "El Movimiento", dice Modrikamen, "es coordinar y conectar los movimientos populistas para desarrollar posiciones comunes".
¿Primero Europa, luego el mundo?
Ahora, la fundación planea centrarse en Europa, "y quizás también se active en todo el mundo", según Modrikamen. Enumeró lugares potenciales, incluidos Israel, India, Australia, América Latina y Japón. Asimismo, aseguró que el financiamiento para la fundación vendrá de manos privadas. "Los donantes estadounidenses, pero también en otros lugares", agregó.
Cuando se presentaron los planes en julio, los impulsores de la iniciativa dijeron que querían modelar la organización como las Fundaciones de Sociedad Abierta fundadas por George Soros. El filántropo húngaro-estadounidense y antiguo corredor de bolsa apoya iniciativas en Europa del Este que trabajan para sociedades civiles abiertas y democráticas. En contraste, "El Movimiento" debe posicionarse como un rival conservador-nacionalista de las fundaciones liberales de Soros.
Aún no está claro si alguien ha estado dispuesto a donar dinero a "El Movimiento". Cuando se le preguntó sobre los donantes de la fundación, Modrikamen respondió con brusquedad: "Bannon se encargará de eso, pero todavía no podemos hablar de nuestros patrocinadores". El hecho de que Bannon esté acaparando titulares una vez más, como el pasado lunes en Praga, podría ser parte de una gira promocional para potenciales patrocinadores.
Mientras tanto, otro populista de derecha está particularmente ocupado en Europa: Viktor Orban. Recientemente, esto quedó demostrado en el Parlamento Europeo, donde se votó sobre si iniciar un procedimiento contra Hungría en virtud del artículo 7 del tratado de la Unión Europea (UE), que sería invocado en respuesta al desmantelamiento continuo del Estado de derecho en Hungría por parte del Gobierno de Orban. Teóricamente, esto podría despojar al país de su derecho de voto en la UE.
En su discurso, Orban afirmó que las acusaciones eran todas "mentiras e invenciones", y que Hungría solo está siendo castigada por su negativa a aceptar que los inmigrantes vengan a Europa. Con su discurso, Orban pudo anunciar su política populista de derecha y llamar la atención sobre la idea de una sociedad "liberal" en Europa. En este contexto, Orban encontró un escenario mucho más grande que el de Bannon.
Autor: Frank Hofmann - Informe adicional: Martin Gak (FEW/CP)
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