¿Aumenta el antisemitismo con la llegada de inmigrantes?
31 de julio de 2018¿Cómo se mide el antisemitismo? Por un lado, con la cantidad de declaraciones y acciones de ese tipo. Por otro, con la percepción subjetiva de los afectados. Si nos guiamos por estos factores, el resultado es claro, como muestran diferentes estudios, que han sido evaluados por un equipo internacional de investigadores: el antisemitismo en Europa Occidental va en aumento. El 78 por ciento de los judíos en Alemania percibió en 2017 un aumento de la amenaza.
En Francia, un 63 por ciento de los judíos opinó en 2016 que había "mucho" racismo antisemita. Y, en 2017, casi la mitad (48 por ciento) de los lectores del semanario judío neerlandés Nieuw Israëlitisch Weekblad afirmó sentirse más preocupada por su seguridad y el antisemitismo.
Cifras de Francia muestran cuán serias son las preocupaciones y las percepciones de los encuestados: en 2012, alrededor de 1.900 judíos emigraron de ese país europeo a Israel. Después, el número se disparó: en 2015, fueron 7.800. Si bien el año siguiente la cantidad volvió a disminuir a 5.000 personas, sigue siendo el doble de alta que en los años anteriores a 2012.
También los judíos belgas están alarmados: en Bruselas, las autoridades les han sugerido en varios casos no usar públicamente sus símbolos del judaísmo. Sobre todo desde el conflicto de Gaza, en 2014, muchos padres judíos advierten a sus hijos de no usar la estrella de David.
Un fenómeno "transnacional"
Estos resultados fueron copilados en un estudio actual encargado por la Fundación Memoria, Responsabilidad y Futuro (EVZ, por sus siglas en alemán), que fue presentado oficialmente este martes (31.07.2018). "Antisemitismo e inmigración en la actual Europa: ¿están relacionados?": los signos de interrogación en el título del estudio sugieren que los autores no están interesados en generar alarmismo. Los 13 investigadores abordaron el fenómeno del antisemitismo en cinco países: en Bélgica, Francia, Alemania, Países Bajos y Gran Bretaña.
El estudio, sin embargo, llega a la alarmante conclusión de que el miedo y la preocupación de los judíos en Europa Occidental es un "fenómeno transnacional".
A la pregunta de si la percepción de los afectados está relacionada con la inmigración de los países del Oriente Medio y Cercano, así como del Norte de África, los autores del estudio responden con cautela: todas las encuestas evaluadas presentan a los inmigrantes de esos países como "una fuente actual y potencial de antisemitismo". No obstante, el equipo de investigadores aclara que, "dependiendo de las preguntas que se hacen, las encuestas llegan a diferentes conclusiones".
La Segunda Intifada como detonante
Los autores del estudio hablan de "tendencias", que se dejan deducir de las encuestas en los cinco países de Europa Occidental: "(…) La Segunda Intifada, que comenzó en octubre del 2000 y duró hasta febrero de 2005, representó un punto de inflexión. Desde el año 2000, determinados sucesos en Israel, Gaza y los territorios ocupados han desencadenado una y otra vez reacciones en Europa Occidental, incluidos casos de antisemitismo".
No obstante, según el estudio, entre los musulmanes la postura antijudía es limitada. Además, no se trata de un fenómeno generalizado. Un estudio llevado a cabo entre 2014 y 2015, por ejemplo, llegó a la conclusión de que muchos musulmanes jóvenes (cerca de un 66 por ciento) tienen una postura negativa hacia los sionistas, es decir hacia aquellos que luchan por un Estado judío en Palestina. Una cantidad notablemente menor (12 por ciento), en cambio, dice estar en contra de los judíos en general.
Sin embargo, en los Países Bajos también cada vez más jóvenes turco-holandeses y marroquí-holandeses, sobre todo varones, han participado en ataques a judíos en la calle.
Resultados complejos
En general, los científicos resumen el resultado del estudio de la siguiente manera: "Las posturas antisemitas y/o el comportamiento antisemita están presentes de forma desproporcionada entre las minorías musulmanas y personas que simpatizan con grupos de extrema derecha".
Al final, el estudio llega a un resultado complejo: "Algunos datos sugieren que las posturas antisemitas entre los refugiados de los países del Medio y Cercano Oriente, así como de África del Norte, están muy extendidas, al igual una postura positiva hacia la democracia, la igualdad y la convivencia pacífica entre musulmanes, cristianos y judíos". A nivel social, no hay indicios de que estos inmigrantes contribuyan de forma significativa al antisemitismo en Europa.
Kersten Knipp (VT/CP)
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