Obligadas a esterilizarse
10 de noviembre de 2011"Es difícil en Europa hablar de un caso olvidado, del pasado, que sucedió en el altiplano perdido en el fondo del Perú", dice a Deutsche Welle Mathilde Damoisel, directora del documental "Vientre de mujer". Ahora que la Fiscalía de la Nación dispuso la reapertura de las investigaciones por las esterilizaciones forzadas en Perú, en la década de 1990 bajo el gobierno de Alberto Fujimori, su trabajo –difundido en 2010 por la cadena franco-alemana ARTE– es más actual aún.
De delitos de lesa humanidad califican estos hechos los favorecedores de la reapertura de la investigación. “Las víctimas y sus familias deben recibir justicia y reparación”, dice Guadalupe Marengo, de Amnistía Internacional, organización que apoya la revisión del caso, ya archivado.
Con apoyo internacional
Se calcula que 300.000 mujeres y unos 30.000 hombres fueron esterilizados en el contexto del proyecto de planificación familiar del gobierno peruano. Y aunque “no se puede decir que todas las esterilizaciones fueron forzadas, en muchos casos, las mujeres no sabían de qué se trataba”, cuenta la cineasta francesa. “Oficialmente, cada mujer tenía que tener la posibilidad de elegir un medio de control de la natalidad: la píldora, la T de cobre o una esterilización. Pero, en la práctica, no hubo elección libre; hablamos de mujeres de comunidades campesinas quechuahablantes, sin información”, añade.
El Banco Mundial aplaudió el control de la población del Gobierno peruano y la agencia USAID prestó fondos y apoyo logístico. También organizaciones feministas internacionales aplaudieron en su momento el plan del gobierno de Fujimori: veían como un logro que las mujeres del sur tuvieran el mismo acceso a la contracepción que las del hemisferio norte.
Quitar, no dar derechos
Pero no fue así. “Lo perverso fue que la planificación familiar se convirtió en una política orientada a reducir la natalidad, con objetivos claros y cifrados. A nivel nacional, a nivel regional, a nivel de cada ciudad y de cada posta de salud había cuotas imperativas a ser alcanzadas”, describe Damoisel añadiendo que, según informantes que entrevistó para el documental, estaba clarísimo que se trataba de esterilizar. No se planteaba el derecho a la opción. Y las estrategias fueron diversas: presión, desinformación, mentiras. “Una mujer me dijo: 'no tenemos el derecho a decir no' ”, recuerda Damoisel; el doctor blanco y la enfermera blanca o mestiza eran sinónimo de autoridad.
¿Un viejo plan?
Y no es casualidad que el programa de control de natalidad se llevara a cabo en comunidades indígenas, las más pobres del Perú. “Desde antes del gobierno de Fujimori, el Ejército del Perú contaba con un “Plan Verde”. Consistía en la idea de la esterilización sistemática de las indígenas, para controlar el crecimiento de esta población, para hacer que se reduzca esta población pauperizada, considerada atrasada culturalmente. Sí, hay una línea ideológica. Y aunque no se puede decir si la política de Fujimori se inspiró totalmente en este plan, sí hay un vínculo”, afirma.
Ahora, a muchos años de los hechos, estas víctimas de la implementación racista de una política internacional de desarrollo siguen esperando un juicio justo. El documental de Damoisel –que tiene versiones en francés, inglés, alemán y quechua-español– ha aportado a que, en parte, las mismas comunidades vean a estas mujeres con otros ojos y se reconcilien con ellas.
Por otro lado, utilizado en la recientemente pasada campaña electoral de Ollanta Humala contra Keiko Fujimori, “montones de personas en Lima no podían creer que eso había pasado. No sé si lo olvidaron o nunca lo supieron”, comenta Damoisel. En su opinión, “más que una compensación con dinero, estas mujeres esperan que `un poder´ reconozca, al fin, que ellas fueron víctimas....”
Autora: Mirra Banchón
Editora: Rosa Muñoz Lima