Estados de Visegrád: política propia de refugiados
15 de febrero de 2016El grupo de países Visegrád está formado por Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría, un gremio fundado hace 25 años para impulsar la integración europea de los cuatro países ex comunistas. Actualmente, los cuatro llevan muchos años en la Unión Europea. Sin embargo, parecen buscar la división.
La idea de la canciller alemana Angela Merkel de distribuir los refugiados en distintos países de la Unión Europea les causa pánico. Y también el plan de que Turquía impida el viaje de muchos refugiados, a cambio de que la UE acoja contingentes fijos desde Turquía. Según declaró el ministro de Exteriores de Eslovaquia, Miroslav Lajcak, en el magacín Der Spiegel, “los contingentes aumentan la atracción de la migración”.Como responsable, los Gobiernos del Visegrád apuntan a la canciller Angela Merkel. Según comentó con sarcasmo hace poco el ministro eslovaco Robert Fico: “La idea es fácil. Invito a alguien y cuando veo que me molestan llamo a la puerta del vecino y le digo que se preocupe de mis invitados”. Ninguno de los países quiere ser uno de esos vecinos.
Sin elección
Por el contrario, los Estados de Visegrad pretenden solucionar el problema por sus propios métodos. Para ello barajan echar el cierre a las fronteras en la ruta de los Balcanes. Cientos de refugiados llegan diariamente desde Turquía hasta Grecia para continuar por Macedonia hacia el norte. Según los procedimientos de asilo, Grecia sería responsable comunitaria como país de acceso. Pero el país está saturado y deja seguir camino a la mayoría de refugiados.
Viktor Orban, presidente de Hungría, cree que no hay otra elección. “Si fuese por nosotros habríamos echado el cierre hace tiempo”, aclaró hace poco. El ministro eslovaco Lajcak también lo menciona en Der Spiegel: “Mientras no haya una estrategia europea común, es legítimo que los países de la ruta de los Balcanes protejan las fronteras. Nosotros les ayudamos”. Orban no cree que sean intereses particulares, sino que cumple con una misión europea: “Tenemos que preservar la seguridad del continente”. Además, los jefes de Estado del Visegrád tampoco piensan que se trate de hacer presión frente a otros estados de la ruta como Macedonia. El premier checo Bohuslav Sobotka incluso habló de “solidaridad” con los países al oeste de los Balcanes.
Cuando estos estados de Centroeuropa se negaron en otoño a aceptar cifras significativas de refugiados, recibieron duras críticas de occidente. Incluso se habló de recortarles las ayudas comunitarias como castigo. Pero entretanto, cada vez cuentan con más adeptos y hasta el primer ministro francés Manuel Valls rechazó las cuotas fijas, oponiéndose a la propuesta de Merkel. También Austria tiende cada vez más a cerrar la frontera.
Schengen bajo presión
Si Macedonia y Bulgaria cierran finalmente sus fronteras con Grecia, significaría de facto separa al los helenos de la zona Schengen. Para Grecia, esta escisión supondría quedarse a solas con los refugiados, situación ante la que su Gobierno intenta ya concienciarse: “Tenemos que prepararnos para recibir a mucha gente que se quedará en Grecia”, comentó el viceministro de Migración Ionannis Mouzalas. También Italia comienza a plantearse dudas, puesto que una acción así podría crear escuela e Italia es uno de los primeros países de entrada para muchos refugiados.
Para el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, los planes de cerrar las fronteras implican mucho peligro. Junto al vicecanciller Sigmar Gabriel, escribió una carta a jefes de Gobierno y dirigentes socialdemócratas donde se decía: “No se puede redefinir las fronteras exteriores de la UE pasando por encima de los países miembros afectados”. Ambos políticos temen que una Grecia en crisis se hunda en el caos completo. Y hoy por hoy, no queda mucho tiempo para buscar soluciones comunes. Esta semana habrá un nuevo intento en Bruselas y podría ser uno de los últimos.