Espías en Europa: ¿cosa del pasado?
10 de mayo de 2009Hace casi dos décadas, los ciudadanos de la República Democrática Alemana tomaron la Central del antiguo Ministerio de Seguridad Estatal (Stasi) en Berlín del Este. Se estableció entonces una autoridad propia, con el grandilocuente nombre de “Comisión federal para los expedientes de los Servicios de la Agencia de Seguridad de la ex-RDA”. La autoridad hizo los documentos accesibles a los implicados.
A lo largo de los años, ex-trabajadores de la Stasi fueron desenmascarados, y muchas víctimas descubrieron todo lo que se guardaba sobre ellos y quiénes los habían espiado.
En muchos países de Europa del Este hubo también Servicios Secretos similares, aunque el manejo de los documentos es muy diferente. Veinte años después del cambio, muchas sociedades todavía se ven sacudidas por el legado de los Servicios Secretos.
Un proceso que ha durado hasta diciembre de 2008, cuando se fundó una red internacional de autoridades e instituciones que se han ocupado finalmente de la herencia de los Servicios Secretos comunistas entre Berlín y Bucarest. No todos los estados europeos han querido participar en esta red; por ejemplo, los países Bálticos.
Circunstancias diferentes
Las condiciones de procesamiento de documentos son muy diferentes en cada país, especialmente en comparación con la competente autoridad de la Stasi en Alemania.
“En Polonia se estableció por primera vez una autoridad de corte similar a finales de los años noventa”, pone como ejemplo Hans Altendorf, director de la comisión para los expedientes de la Stasi. “Esta institución establecía una definición de las responsabilidades de los documentos”.
En algunos países, la fundación de estas autoridades tuvo lugar antes, y en otros, se dio en los últimos años. “En parte, supuso cambios en la estructura organizativa. Es un cuadro muy variado”, añade Altendorf.
En la República Checa, el acceso completo a los documentos sólo ha sido posible desde el año pasado. En Eslovenia, el Ministro de Justicia obstaculizó el trabajo de pequeños Institutos de Historia en su procesamiento de los tiempos oscuros.
El partido del Ministro de Justicia esloveno proviene de la organización de las Juventudes Comunistas, y por ello se muestra reluctante a la apertura de documentos.
Un trabajo arduo
Durante décadas, parte de los países del antiguo bloque del Este se ha esforzado para ajustar cuentas con sus pasados. En Bulgaria, por ejemplo, tan sólo ahora ha sido posible la apertura de documentos, y una larga lista de políticos, tanto retirados como activos, han sido desenmascarados.
En Alemania, esta tarea resultó relativamente más fácil, ya que la RDA, simplemente, dejó de existir. Pero otras naciones como Bulgaria o Eslovenia deben seguir funcionando, y por ello un procesamiento completo es un trabajo mucho más arduo.
“La apertura de documentos es un acto simbólico que significa que los dirigentes de antes ya no pueden monopolizar la información en la actualidad. Pero esto debe ser contrastado con los resultados de los propios documentos”, afirma Altendorf.
Debido a la gran diferencia de circunstancias entre Alemania oriental y otros países ex-comunistas, es arriesgado establecer el trabajo de la comisión para los expedientes de la Stasi como modelo.
La red mundial de apertura de documentos europeos no sólo se encarga de desvelar actas de los servicios secretos, sino también de aclarar leyendas y rumores.
“Hay situaciones en las que alguien quiere, simplemente, librarse de reproches no autorizados”, explica Altendorf. “Con un vistazo a los documentos se puede dar solución a estos casos. Además, contribuye a la higiene política”.
La unión da la fuerza
El trabajo conjunto de las instituciones europeas es importante porque los ex-servicios secretos, obviamente, también trabajaban juntos. La Stasi de la RDA tenía, por ejemplo, guardias en todos los lugares donde la gente de la RFA pasaban sus vacaciones, por la costa búlgara.
“Además, también había empleados de los servicios de inteligencia de los países hermanos, todos ellos trabajando bajo las órdenes básicas de la KGB, la Unión Soviética, que ha tenido un papel muy importante en los Servicios Secretos en general”, dice Altendorf.
La mayoría de los documentos de los Servicios Secretos de la ex-Unión Soviética son todavía secretos, para consternación del director berlinés de la comisión para los expedientes de la Stasi.
Se trata de una situación muy complicada, también en la zona de la antigua Yugoslavia, donde tras tantos años después de la guerra civil, la apertura de documentos se encuentra tan solo en sus comienzos.
Autor: Bernd Riegert / lab
Editor: Enrique López Magallón