España: las protestas seguirán una semana más
22 de mayo de 2011En apenas ocho días, las miles de personas que han salido a la calle en España para protestar contra las medidas de austeridad del Gobierno de Madrid y los índices de desempleo –los más altos de la UE– lograron expresar su malestar de una manera tan políticamente elocuente, que hasta se temió que las elecciones municipales y autonómicas de este 22 de mayo padecerían bajo los embates de una abstención generalizada, atizada por los manifestantes.
La abstención no se sintió
El ministerio del Interior anunció que la participación en los comicios locales de este domingo (22.5.2011) alcanzó niveles ligeramente superiores a los registrados en las elecciones anteriores: a las seis de la tarde, dos horas antes del cierre de los centros electorales, ya había votado el 49,83 por ciento de los electores; un 0,8 por ciento más que los que lo hicieron hace cuatro años a la misma hora.
Los votos depositados en 8.000 localidades y en trece de las diecisiete comunidades autónomas –todas menos Andalucía, Cataluña, Galicia y País Vasco– confirmaron lo que las encuestas ya daban por seguro antes de la irrupción del “movimiento de los indignados” el domingo 15 de mayo: la debacle del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de José Luis Rodríguez Zapatero en casi todo el territorio. Los sondeos a boca de urna dan al Partido Popular (PP) como el gran ganador de la jornada.
El Movimiento 15-M se quedará en las calles
Por otra parte, también se sabía de antemano que, por sí sola, la victoria electoral no ofrecería motivo de júbilo a ninguno de los partidos que dominan la escena política española desde hace décadas. Y es que las quejas del Movimiento 15-M no han estado dirigidas únicamente al partido de Gobierno. Una de las consignas de los manifestantes ha sido la de poner fin a la hegemonía del PSOE y del PP para recuperar la confianza en la democracia, propiciando cambios sociales tangibles.
¿Tiene sentido votar? Y, de ser así, ¿por quién? Esas preguntas y otras demandas oreadas por el 15-M –desde cerrar plantas nucleares hasta gravar las transacciones internacionales con un impuesto– prometen ocupar a la clase política española en los próximos días. Y es que el portavoz de los manifestantes, Josu Rebollo, anunció este 22 de mayo que se quedarán en las calles una semana más.
¿Una advertencia para toda Europa?
Los manifestantes están envalentonados; eso queda evidenciado en el tono de las entrevistas que conceden a los medios y en los mensajes escritos en sus pancartas: ellos no sólo saben que tienen la atención del mundo, sino también que sus protestas son compartidas por muchas otras personas en otros países del continente. “¡Europeos, levántense!”, reza uno de los carteles, pero en inglés.
Algunos críticos perciben el mensaje y las metas del movimiento como “demasiado difusos”, y anticipan su disolución en cuestión de semanas. Pero quienes se han autodenominado “Los Indignados”, inspirados por el incendiario manifiesto ¡Indignaos! del escritor francés Stéphane Hessel, sugieren que los gobernantes de otros países europeos en crisis deberán poner sus barbas en remojo si aspiran evitar verse enfrentados a un colectivo como el que hoy tiene al estamento español comiéndose las uñas.
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters
Editora: Claudia Herrera Pahl