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Los eslovacos que no pueden permitirse una vivienda se mudan un par de kilómetros, a territorio austriaco. El precio del suelo es más barato allá que en su propio país. Casi un tercio de los habitantes que pueblan las localidades austriacas cercanas a la frontera son ciudadanos eslovacos. La noticia no alegra a todos los austriacos. Las plazas escasean en escuelas y jardines de infancia.