Es necesario un cese al fuego unilateral de las FARC
25 de noviembre de 2014Lo más lógico del mundo sería que cuando dos partes enemigas se sientan a hablar de paz, ordenen a sus tropas guardar las armas. Pero el conflicto interno de Colombia no tiene nada de normal y los colombianos han aprendido a desconfiar de las FARC, una organización guerrillera que mantiene en vilo a un país de 45 millones de habitantes, y que no ha podido ser derrotada militarmente por el Ejército colombiano, después de 6 décadas.
¿Por qué tanto nerviosismo?
Las FARC temen perder sus fuentes de financiación económica en Colombia mientras están sentadas en La Habana. La región selvática cercana al Océano Pacífico, en donde fue secuestrado el general Rubén Dario Alzate, es una de las zonas cocaleras de la guerrilla en donde el Estado, a través de presencia militar y el desarrollo de programas sociales, estaba intentando darle una perspectiva a la población sumida en la pobreza.
No es coincidencia que este pasado fin de semana las FARC hayan ejecutado otro ataque sin precedentes: un frente operante en la costa sur del Pacífico, puerto de salida de la cocaína rumbo a Centroamérica y México, mató a dos policías e hirió a cuatro en la Isla de Gorgona, otrora la Alcatraz colombiana, hoy Patrimonio de la Humanidad. Las FARC buscan así impedir la construcción de una base naval que cortaría la ruta de la cocaína hacia los mercados consumidores.
La llave de la paz la tienen las FARC
Según la ONG País Libre, mas de mil personas han muerto víctimas del conflicto, desde que iniciaron las conversaciones en Cuba. Pese a este terrible saldo, la mayoría de los colombianos no aprobaría que el Estado suspendiera el mandato de velar por la seguridad con las armas, así sea temporalmente. La razón es clara. En las ocasiones anteriores que el Estado ha cedido, las FARC han aprovechado para fortalecerse.
La verdadera llave de la paz la tiene la misma guerrilla. Así lo demostraron exitosamente ya en Colombia los grupos M-19 y EPL con una fórmula tan sencilla como efectiva: declarar un cese unilateral del fuego y dejar de delinquir. Con esto, las FARC ganarían también la voluntad de millones de escépticos, pero esperanzados en la paz. Un cese unilateral al fuego le quitaría el piso a los fuertes enemigos de la paz en Colombia, y seguro que muchos - a pesar de todo el dolor causado - aceptarían su llegada a la democracia.