¿Es justo extraditar a Assange a Suecia?
30 de mayo de 2012Julian Assange, fundador de la plataforma de filtraciones Wikileaks ha perdido otra batalla legal. Sus días en suelo británico están contados: el pedido de extradición de la fiscalía sueca ha sido aceptado por el Tribunal Supremo de Londres, que ratifica así la decisión de otros dos tribunales inferiores.
Denunciado en el país escandinavo por dos ex voluntarias de Wikileaks, por presuntos delitos sexuales, al activista australiano de Internet se le cierran los caminos que lo alejan de la Justicia sueca.
¿Conspiración desde Washington?
El ex pirata informático de 40 años, que lucha contra su extradición desde su arresto en Reino Unido en diciembre de 2010, no estaba presente en la sala cuando se comunicó el fallo. Pero el portavoz de Wikileaks insistió en la tesis de Assange y sus colaboradores y partidarios en todo el mundo: “lo que tenemos aquí es una 'retribución' de Estados Unidos”.
Assange se hizo internacionalmente famoso en 2010, cuando Wikileaks divulgó miles de cables y videos secretos estadounidenses sobre Irak y Afganistán, en la mayor filtración de documentos clasificados de la historia de Estados Unidos. Luego, se han hecho públicos, entre otros, unos 250.000 documentos confidenciales o secretos con informes de la diplomacia estadounidense sobre situaciones y líderes políticos en todo el mundo.
Debido a la información confidencial difundida por la plataforma se encuentra detenido desde hace más de un año el soldado estadounidense Bradley Manning, en espera de ser juzgado por un tribunal militar en su país. Adicionalmente, la plataforma Wikileaks ha sufrido el bloqueo casi total de sus fuentes de financiación por mediación de las que considera “entidades financieras politizadas”, las estadounidenses Bank of America, Visa, Mastercard, PayPal y Western Union.
¿Conspiración “feminista”?
Otras críticas de abogados, partidarios y observadores del proceso en todo el mundo se concentraron desde el inicio en presuntos fallos de procedimiento de la Justicia sueca en este caso y han llegado a cuestionar la legislación sueca sobre delitos sexuales.
Assange fue acusado por dos mujeres suecas de abusos sexuales y violación en 2010. Las estadísticas internacionales ubican al país escandinavo entre los que más procesos jurídicos por violaciones lleva a cabo en el mundo. Las mujeres acuden más a la policía, por la independencia de la Justicia y el avance de los derechos femeninos en el país, argumentó hace un año el propio primer ministro, Frederick Reinfeldt.
“Aquí se condena a acusados sin pruebas y se interpretan las declaraciones de las mujeres de forma que cualquier cosa puede ser vista como una violación”, dijo entonces al diario alemán Welt Online Johann Binninge, presidente de una red independiente de juristas suecos por la seguridad jurídica (Rättssäkerhetsorganisationen), condenado por violación hace unos años sin suficientes pruebas, según aseguró.
El ex fiscal general sueco Sven-Erik Alhem, que declaró hace un año como testigo de la defensa, criticó el procedimiento de la fiscal sueca Marianne Ny –una reconocida militante feminista–, al revelar la identidad de Assange a los medios sin respetar su presunción de inocencia. Alhem ponía así sobre la mesa la tesis de que el fundador de Wikileaks no debería ser extraditado a Suecia porque no tendría allí un juicio justo y llegó a sugerir que la fiscalía sueca debería interrogar al fundador de Wikileaks mediante videoconferencia, en vez de pedir su extradición.
“Tecnicismos”
A pesar de que Assange fue detenido hace año y medio en el Reino Unido y se encuentra en libertad condicional, hasta la fecha no se han presentado cargos en su contra.
En esta ocasión la apelación de Assange ante el Tribunal Supremo británico se basó en un tecnicismo legal, más que en refutar las acusaciones de delito sexual o en su descargo de que Estados Unidos habría presionado a Reino Unido y a Suecia para que tomasen medidas contra el activista australiano.
La defensa argumentó que la Orden de Detención Europea (EAW, por sus siglas en inglés), emitida por la fiscalía sueca y no por un juez o una corte como se exige en Reino Unido, no debería tener validez en suelo británico.
Pero la “Supreme Court” de Londres se mostró a favor de la validez de la orden para el espacio de la Unión Europea, agregando que la formulación de "autoridad judicial" se puede interpretar libremente en el derecho europeo. Sin embargo, tras votar 5 a 2 en su contra, los jueces de la "Supreme Court" británica concedieron a los abogados defensores otros 14 días de plazo para impugnar el fallo.
Por su parte, la fiscalía de la localidad sueca de Gotemburgo exigió que la extradición de Assange se cumpla en un plazo no superior a los diez días después del fallo definitivo. Si las autoridades británicas cumplen con esta medida, a Assange sólo le quedaría recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, desde Suecia.
Autor: Rosa Muñoz Lima
Editora: Emilia Rojas Sasse