¿Es desproporcionado el veto a Günter Grass?
9 de abril de 2012Nunca un poema de la era moderna ha generado tantos ríos de tinta como “Lo que hay que decir”, de Günter Grass. Si hasta hace poco la lírica del Nobel alemán era desconocida para la mayoría, hoy puede decirse que, al menos uno de sus trabajos en este género, es lo más leído de toda su producción. Y no por su calidad literaria –muy discutible, según los expertos-, sino por el contenido candente y polémico.
A las reacciones en caliente tras la publicación del poema, se sucedió la iniciativa de Israel de declarar a Günter Grass persona non grata, prohibiéndole entrar en el país. Incluso se escucharon voces solicitando que se le despojara del Premio Nobel. Si el propio poema generó críticas implacables, esta decisión de Israel está siendo reprobada incluso dentro del propio país.
En Alemania
A estas alturas, ya pocos hablan del poema. En Alemania, la clase política critica en líneas generales la decisión israelí. Aunque el Gobierno se ha abstenido de realizar declaraciones oficiales, Guido Westerwelle, ministro de Exteriores, dijo antes de conocer el veto al escritor que “Alemania tenía una responsabilidad histórica con Israel” y que era absurdo “colocar al mismo nivel moral a dos países como Israel e Irán”.
Por su parte, el joven ministro de Sanidad, Daniel Bahr, del partido liberal FPD, se mostró convencido de que “Grass, tras las reacciones a su poema, no tiene ninguna intención de dejarse ver por Israel”. Bahr piensa que la decisión de vetar al intelectual alemán es “totalmente desproporcionada” y afirmó que es triste ver a alguien que vivió los debates de la Alemania de postguerra ser juzgado de manera tan implacable.
Gernot Erles, del partido socialdemócrata SPD, dice que “la prohibición de entrar a Israel a Günter Grass confirma la tesis del intelectual alemán de que hablar sobre Israel es tema tabú”. Para Erles, se trata de una decisión “incorrecta y contraproducente”.
Por su parte, Renate Künast, de Los Verdes, declaró que “finalmente, todos hablan más del veto a Grass que del contenido de su poema”. Solo Philipp Mißfelder, presidente de la Junge Union, formada por jóvenes democristianos, apoyó la decisión de Israel de declarar al Premio Nobel persona non grata. Mißfelder instó al Premio Nobel a disculparse ante Israel y ha defendido el derecho de aquel país a decidir “quién es bienvenido y quién no lo es”.
Voces israelíes también critican el veto
Incluso Avi Primor, antiguo embajador israelí en Alemania, opinó que el veto a Grass es “exagerado y un poco histérico”, aunque a él mismo tampoco le gusta el poema. Para Primor, Eli Jishai, el ministro de Interior israelí, de quien partió la iniciativa de prohibir la entrada a Grass, “no comprende una palabra de lo que es Alemania. Su decisión me parece populista y errónea”. Y, por supuesto, no cree que Grass sea ni antisemita ni enemigo de Israel.
El diario israelí Haaretz calificó el veto a Grass de “histérico” y “desproporcionado”. Por su parte, el historiador israelí Tom Segev tuvo palabras duras para el ministro del Interior, Eli Jishai, al que acusó de haber tomado “una medida cínica y estúpida”. Según Segev, Jishai querría de esa manera “asegurarse su futuro político”.
Autora: María Santacecilia
Editora: Claudia Herrera Pahl