Paulo Emilio camina por la enorme área del festival de Fernandópolis, cerca de San Pablo. Es una de las principales figuras del rodeo brasileño, propietario de varias granjas de cría de ganado y de decenas de toros de competición que ganan premios regularmente. El éxito de sus toros no es casual. Paulo clona a los mejores utilizando fertilización in vitro. No deja nada al azar, porque la tradición del rodeo se ha convertido en los últimos años en un espectáculo de masas, con estrellas del pop, publicidad y un enorme mercado de animales. Los aficionados de todo Brasil se congregan en el rodeo de Fernandópolis. Vienen a conocer a estrellas de la talla de Fernando Henrique Novaes. El brasileño es uno de los mejores jinetes de rodeo del mundo. Después del torneo, necesita volver con su familia, que lo admira, pero también se da cuenta de lo enorme y colorido que se ha vuelto el rodeo tradicional. Y más allá del espectáculo cada vez cobran más fuerza las voces críticas. La organización Fórum Animal lucha para que se prohíban los rodeos.