¡Enrólate!: Bundeswehr e integración
19 de octubre de 2008Los padres de Michael Lee, refugiados vietnamitas, llegaron a Alemania en la década de los setenta. Michael mismo nació pocos años después en la ciudad de Minden en Westfalia. Creció en una familia budista en medio de la sociedad germana. Conoce las traumáticas experiencias que vivieron sus padres y hermana mayor, sin haberlas sufrido en carne propia. El agradecimiento al Estado alemán es uno de los motivos que lo han impulsado a prestar servicio en el ejército: “Alemania hizo algo por mí y por mi familia y quiero devolverles mi agradecimiento.”
Del exilio a la patria
El ejército alemán puede responder perfectamente a las ambiciones de jóvenes como Michael Lee. Cuenta con un Servicio de Promoción Profesional (BFD por sus siglas en alemán) que permite cursar una carrera paralelamente al servicio militar. En el caso específico de Michael, éste obtiene las licencias necesarias de la Bundeswehr para poder acabar su carrera de administrador.
Nagasi Goitum, de 36 años, huyó de pequeño con su madre de la guerra civil en Eritrea. Se refugiaron en Alemania. Después del servicio militar quería retomar sus estudios de ingeniería de telecomunicaciones. La seguridad económica que brinda el ejército le hizo decidir permanecer en la Bundeswehr.
Sirviendo al mundo
Goitum participó en el marco de la intervención del ejército alemán en la KFOR en Kosovo. Una de las experiencias más enriquecedoras para el católico eritreo fue poder prestar ayuda independientemente del color de su piel, religión y procedencia. “Apoyar a otros y el tipo de ayuda que prestamos, influyó en mi decisión de volverme soldado profesional”, afirma.
Según cifras de la oficina de estadísticas nacionales, en la actualidad cada séptimo soldado es de origen extranjero en primera o segunda generación, lo que acentúa la importancia del ejército alemán cómo herramienta de integración.
Embajadores culturales
El origen de sus soldados también beneficia a la Bundeswehr, como lo demuestran diversas intervenciones en el extranjero. El sargento mayor Rabih Boulos, asesor de personal del batallón de artillería 295 en Immendingen, fungió de sargento de información en la misión de la Bundeswehr en Kundus, en el norte de Afganistán. El palestino musulmán, nacionalizado alemán, ayudó a contestar muchas de las interrogantes de sus colegas alemanes confrontados por primera vez con la cultura afgana.
Tampoco en la Bundeswehr todo es color de rosa. Muchos alemanes con origen migratorio se confrontan con aquellos que los ven con malos ojos. Pero son los mismos que ven con malos ojos que en el ejército participen mujeres, por ejemplo. Argumentos que van perdiendo poder a medida que la integración sigue avanzando.