Enfermeros salvadoreños en Alemania: súbitos héroes
3 de abril de 2020En su ciudad natal, San Salvador, recibieron durante un año clases de alemán, lecciones de cuidado a las personas mayores y talleres interculturales. Los prepararon para casi todo, excepto para una pandemia que amenazara precisamente la vida de todos.
Para los 18 jóvenes enfermeros de El Salvador este era un sueño hecho realidad. Llegaron a Alemania en diciembre del año pasado como parte del proyecto piloto "Personal de enfermería de El Salvador", iniciado por la Embajada de El Salvador en Berlín, la escuela vocacional "Forum Berufsbildung International" y la Agencia de Empleo de Berlín.
Su objetivo es aliviar la falta de personal sanitario en Alemania, e inspirar a más jóvenes enfermeras y enfermeros del país centroamericano para que vengan a Alemania. En este país reciben una formación de enfermería que dura tres años y que combina tanto el conociemiento teórico en las clases, como el práctico durante las horas de trabajo en los asilos de ancianos. Una combinación de teoría y práctica que apenas existe en Centroamérica.
Héroes lejos de casa
Tienen entre 18 y 25 años y recien llegaron a Berlín hace cinco meses. Para la mayoría de ellos es la primera experiencia en el extranjero y el primer vuelo en su vida y además tan lejos de casa. Ninguno de ellos hubiera pensado que en tan corto de tiempo se convertirían repentinamente en "héroes de Alemania" en medio de la crisis global por la pandemia del coronavirus.
En Berlín, empresas de transporte ofrecen carreras sin costo alguno para los enfermeros de la ciudad, uno de los hoteles más conocidos, el "Adlon", regala vales a enfermeros y enfermeras de Berlín, una pequeña organización cocina a diario para los nuevos "héroes" de la batalla contra el coronavirus. No solo los médicos, sobre todo los enfermeros, hasta ahora subestimados en la remuneración, adquieren ahora más importancia que nunca en la capital alemana.
"En El Salvador nos prepararon para todo tipo de eventualidades. Que pasa si no nos gusta la ciudad, si no nos adpatamos al clima frío, si queremos regresar. Pero nunca nadie pensó que ocurriría algo así, una pandemia que amenaza justamente al grupo de personas con el que trabajamos: los ancianos. Nadie nos hubiese podido preparar para esta situación tan extraordinaria", nos cuenta Dennys Meléndez. Dennys tiene 21 años y trabaja en uno de los dos asilos de ancianos del grupo "Pro Senioren", en los que se repartieron los 18 salvadoreños.
A pesar de haber inciado recien su formación como enfermeros en Alemania, su trabajo ya es indispensable, desde ahora.
Centroamericanos de gran ayuda en estos momentos
"En estos asilos aún no hay ningun caso de infección", nos cuenta orgullosa la enacargada del personal en estos asilos, Katrin Eschenweck. "Sin embargo la pandemia del COVID-19 ha cambiado notoriamente nuestro rutina. Y a pesar de esos cambios aún sigue existiendo incertidumbre sobre las medidas tomadas, cada día tenemos que reprogramarnos de acuerdo a las nuevas informaciones e investigaciones que nos llegan.
Ahora, claro que existen medidas más estrictas de higiene y seguridad en los asilos. Una consecuencia de esto es que desafortunadamente nuestros residentes tienen prohibido recibir visitas. Los jóvenes aprendices son de gran ayuda en este punto, no solo por su empatía con los residentes, sino también por su edad. Por ejemplo ayudan a organizar llamadas de Skype para los residentes y sus familiares. Pero en general su trabajo es desde ya indispensable para nosotros".
Una dura primavera
Ningún comienzo está libre de roces. Los jóvenes recuerdan como les llamaba la atención el ritmo rápido de andar en las calles berlinesas y también la manera de comunicar tan directa - algo que al principio les chocó. Ahora, tan solo 5 meses después, entienden que no hay ninguna mala intención detrás, "Es solo otra metalidad", dice Alejandra Nayara, quien durante el frío invierno prefirió no salir mucho durante su tiempo libre. Ella esperaba conocer mejor su nueva ciudad en primavera.
Pero la actual crisis ha cambiado sus planes. Alejandra procura quedarse en casa en su tiempo libre, ya que su mayor miedo es contraer el coronavirus y transmitirlo a su lugar de trabajo "La responsabilidad que tenemos ahora es aún mayor", nos dice. "En el asilo todo es desinfectado cada 15 minutos, manillas de las puertas, mesas, sillas, todo! Nosotros solo podemos trabajar con mascarillas y guantes. Pero esta nueva situación es particularmente difícil para los ancianos, a quienes ni siquiera se les permite ver a su familia. Si al final de la jornada noto que cada uno de ellos sonrió al menos una vez durante el día, me voy contenta a casa. Esa es nuestra misión ahora mismo: mantener la calma".
Sintiendo y pensando en sus familiars en El Salvador
Con sus 20 años, Alejandra es una de las más jóvenes del grupo. Su familia en El Salvador es también una de sus principales preocupaciones, sobre todo por la incertidumbre económica, después de que pase la pandemia y con ello las medidas tomadas en su país. Y es que en El Salvador, como en toda América Latina, muchas familias viven de sus negocios día a día - un frágil ingreso durante tiempos de crisis como la actual pandemia. "A veces pienso que tendría que ir a casa para ver cómo está mi familia. Pero también sé que aquí me necesitan en el asilo y ya me he encariñado con varios de los residentes, no puedo dejarlos solos”, dice Alejandra
Esto es precisamente lo que el jefe del proyecto en la escuela de capacitación, Helmut Riethmüller, aprecia de los jóvenes salvadoreños: su fuerte empatía con los residentes de los hogares de ancianos: "El potencial en América Latina todavía es muy poco conocido en Alemania. Hay muchas personas jóvenes y motivadas en la región que a menudo tienen afinidad con Europa, tienen una cultura muy similar y simpatía que es correspondida aquí. La crisis actual nos demuestra una vez más que se necesitan enfermeras y enfermeros más que nunca. Sin estos héroes del trabajo, ni un asilo de anciano ni un hospital podrían funcionar ".
Riethmüller espera que el proyecto crezca, sobre todo con América Latina. El siguiente grupo de los próximos 20 enfermeros salvadoreños se espera que llege en octubre de este año. Todos los 20 jóvenes ya están contratados en los mismos asilos de ancianos. La señora Eschweck les manda un mensaje: "¡Los esperamos con ansias y serán más que bienvenidos!".
(jov)
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