Las islas-Estado del Caribe siguen dependiendo del petróleo casi por completo. Las energías renovables prácticamente no juegan papel alguno. Y ello pese a que las condiciones son ideales: suficiente sol y viento, calor procedente de la tierra y energía hidráulica podrían hacer que las islas fueran en gran medida independientes de los combustibles fósiles. Las islas caribeñas son el escenario de un cambio radical en materia de política energética.