Energía eólica: gigantes offshore
17 de septiembre de 2007Publicidad
Se trata de un proyecto singular en el mundo, que este 18.09. será presentado a políticos, expertos y la opinión pública en el marco de HUSUMwind, la mayor feria mundial de energía eólica. Ya el año próximo se elevarán de las aguas del Mar del Norte los primeros de doce aerogeneradores del parque eólico “Alpha Ventus”, a 60 kilómetros de la costa.
Se trata de verdaderos colosos: la altura de cada una de las torres equivale aproximadamente a la de un rascacielo de unos 50 pisos, las góndolas tendrán el tamaño de una casa y cada una de las palas de los rotores el largo de dos ballenas.
Para construir y operar el parque eólico se han unido tres grandes empresas energéticas: los grupos E.ON, EWE y Vattenfall. Los costos totales ascienden a unos 180 millones de euros y la obra es subvencionada por el ministerio alemán del Medio Ambiente. Cuando comience a funcionar, en el verano boreal de 2009, el parque generará energía para 50.000 hogares.
Primer parque eólico lejos de la costa
Los aerogeneradores serán fijados al suelo marino a 30 metros de profundidad y tendrán una potencia de cinco megavatios cada uno, la mayor actualmente a disposición. “La combinación es única en el mundo”, dice Hendrik Bergmann, gerente de proyecto de la empresa Vattenfall. Porque, si bien ya existen muchos parques eólicos offshore, sobre todo en Dinamarca, Irlanda, Gran Bretaña y Suecia, la mayoría se halla en aguas cercanas a la costa.
Pero antes que los gigantescos rotores comiencen a girar, deben ser instalados. Una tarea nada fácil. Los mástiles será fijados en su base a trípodes de acero, de unos 50 metros de altura y 700 toneladas de peso cada uno, que a su vez serán “clavados” en el suelo marino con pilotes de 30 metros de largo.
Una vez que esté colocada la base, una grúa flotante irá colocando segmentos de mástil y finalmente la góndola, donde van fijadas las tres paletas de los rotores. Cada aerogenerador pesará completo unas 1.000 toneladas, tanto como 22 vagones de ferrocarril.
La corriente producida por los aerogeneradores será transportada a través de un cable enterrado en el fondo marino a unos 60 centímetros de profundidad a una estación transformadora, también off-shore. De allí, otro cable, enterrado a tres metros de profundidad y con un alma de cobre de 10 centímetros de grosor, la lleva a tierra a una tensión de 110 kV.
Enormes exigencias a los equipos
Se planea que el parque eólico tenga una vida útil de 20 años. Las exigencias a los equipos son enormes: cuando giren a su capacidad máxima, las puntas de las aspas alcanzarán una velocidad de 300 kilómetros por hora.
Para asegurar un funcionamiento confiable, las instalaciones han sido tratadas con materiales anticorrosión y los sistemas eléctricos de cada uno de los aerogeneradores son redundantes, de tal forma que si uno falla, su función puede ser asumida inmediatamente por otro.
Ello es absolutamente necesario, porque las tareas de mantenimiento deberán reducirse a un minimo, ya por el sólo hecho de que a los aerogeneradores se podrá acceder por barco sólo unos tres meses por año en promedio, debido al oleaje y al viento.
El viento alcanza en la zona una velocidad promedio de 10 metros por segundo y se cuenta con que los aerogeneradores puedan funcionar a pleno de 3200 a 3800 horas por año. En tierra, el viento sopla en los mejores lugares a unos 5 metros por segundo en promedio y se alcanzan a lo sumo de 2200 a 2500 horas por año de pleno funcionamiento. Si no sucede nada imprevisto, la inversión valdrá entonces la pena.
Se trata de verdaderos colosos: la altura de cada una de las torres equivale aproximadamente a la de un rascacielo de unos 50 pisos, las góndolas tendrán el tamaño de una casa y cada una de las palas de los rotores el largo de dos ballenas.
Para construir y operar el parque eólico se han unido tres grandes empresas energéticas: los grupos E.ON, EWE y Vattenfall. Los costos totales ascienden a unos 180 millones de euros y la obra es subvencionada por el ministerio alemán del Medio Ambiente. Cuando comience a funcionar, en el verano boreal de 2009, el parque generará energía para 50.000 hogares.
Primer parque eólico lejos de la costa
Los aerogeneradores serán fijados al suelo marino a 30 metros de profundidad y tendrán una potencia de cinco megavatios cada uno, la mayor actualmente a disposición. “La combinación es única en el mundo”, dice Hendrik Bergmann, gerente de proyecto de la empresa Vattenfall. Porque, si bien ya existen muchos parques eólicos offshore, sobre todo en Dinamarca, Irlanda, Gran Bretaña y Suecia, la mayoría se halla en aguas cercanas a la costa.
Pero antes que los gigantescos rotores comiencen a girar, deben ser instalados. Una tarea nada fácil. Los mástiles será fijados en su base a trípodes de acero, de unos 50 metros de altura y 700 toneladas de peso cada uno, que a su vez serán “clavados” en el suelo marino con pilotes de 30 metros de largo.
Una vez que esté colocada la base, una grúa flotante irá colocando segmentos de mástil y finalmente la góndola, donde van fijadas las tres paletas de los rotores. Cada aerogenerador pesará completo unas 1.000 toneladas, tanto como 22 vagones de ferrocarril.
La corriente producida por los aerogeneradores será transportada a través de un cable enterrado en el fondo marino a unos 60 centímetros de profundidad a una estación transformadora, también off-shore. De allí, otro cable, enterrado a tres metros de profundidad y con un alma de cobre de 10 centímetros de grosor, la lleva a tierra a una tensión de 110 kV.
Enormes exigencias a los equipos
Se planea que el parque eólico tenga una vida útil de 20 años. Las exigencias a los equipos son enormes: cuando giren a su capacidad máxima, las puntas de las aspas alcanzarán una velocidad de 300 kilómetros por hora.
Para asegurar un funcionamiento confiable, las instalaciones han sido tratadas con materiales anticorrosión y los sistemas eléctricos de cada uno de los aerogeneradores son redundantes, de tal forma que si uno falla, su función puede ser asumida inmediatamente por otro.
Ello es absolutamente necesario, porque las tareas de mantenimiento deberán reducirse a un minimo, ya por el sólo hecho de que a los aerogeneradores se podrá acceder por barco sólo unos tres meses por año en promedio, debido al oleaje y al viento.
El viento alcanza en la zona una velocidad promedio de 10 metros por segundo y se cuenta con que los aerogeneradores puedan funcionar a pleno de 3200 a 3800 horas por año. En tierra, el viento sopla en los mejores lugares a unos 5 metros por segundo en promedio y se alcanzan a lo sumo de 2200 a 2500 horas por año de pleno funcionamiento. Si no sucede nada imprevisto, la inversión valdrá entonces la pena.
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