En Berlín no se quiso hablar de sanciones e Irán no desiste
30 de marzo de 2006La última negativa de Irán no podía ser más inoportuna. "Definitivamente no suspenderemos el enriquecimiento" de uranio, dijo Aliasghar Soltaniyeh, embajador iraní para la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) con sede en Viena. Con ello responde Teherán a la demanda del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que detenga el enriquecimiento de uranio y garantice que su programa nuclear es pacífico.
La negativa de Soltaniyeh coincide con una reunión que sostienen Alemania y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU en Berlín para discutir el programa nuclear iraní, mientras Rusia y China buscan asegurarse de que no hay planes para usar la fuerza contra Teherán.
Indómito Irán
Tras la moratoria dictada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre el programa nuclear de Irán, nadie sabe qué hacer en caso de que Teherán no desista de su plan. Condolezza Rice, la más importante visitante de Berlín, ni siquiera tocó el tema "sanciones".
Y el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, evadió el tema elegantemente. A la obligada pregunta de qué pasará si dentro de los próximos 30 días Irán no cumple el ultimátum de la ONU, Steinmeier respondió en pocas pero claras palabras: "Ahora Irán tiene la palabra. Todo lo demás de ahora en adelante no pertenece al escenario público."
AIEA: ¿la clave del éxito?
Los diplomáticos quieren ofrecerle a Irán una oportunidad más para salir de la crisis sin que pierda su prestigio. La misma Rice reiteró en la capital alemana que su cometido no era "proponer sanciones". Una posición que su colega Sergej Lawrov estuvo presto a confirmar pues "sanciones contra Teherán no van a solucionar el conflicto". Lawrov aún cree que la clave del éxito está en la AIEA.
Dicha institución, así lo dispuso el Consejo de Seguridad, tiene que presentar un informe dentro de un mes, en el que responda si Irán va a detener el programa de enriquecimiento de uranio y permitirá controles internacionales.
Pero aunque la palabra "sanciones" no se mencionó este jueves 30 de marzo en Berlín, sí hubo expresiones claras dirigidas a Teherán. Irán tiene la elección entre el "aislamiento por culpa propia y la reanudación de la conversaciones", dijo Steinmeier en un intento de mostrar poder de decisión.
Más tiempo y sabiduría
Si de la cita en Berlín salió a flote algo evidente fueron las diferencias en la percepción del caso iraní. El viceministro chino Dai Bingguo, por ejemplo, prefirió mencionar los términos "tiempo" y "sabiduría" para la solución del caso.
En el cercano y Medio Oriente "ya hay un alto nivel de discordia", por eso "no debe existir el interés de aumentarla", advirtió el funcionario pekinés. Una frase que puede ser interpretada como una advertencia a la parte estadounidense, de no poner en juego soluciones militares. Alemania, en cambio, fue alabada por el diplomático chino que aseguró haber "intensificado la comprensión mutua".
En una cosa estuvieron de acuerdo los altos representantes reunidos por invitación de Alemania: la meta es una salida diplomática. Una solución que debe surgir de los esfuerzos comunes, pero con una condición: Irán tiene que hacer recuperar la confianza y la "decisión es suya", subrayó Steinmeier.
Se rehúsan desde hace 18 años
Su homóloga Rice, por otro lado, no dejó de recalcar que la decisión del Consejo de Seguridad era una "clara señal" y que las negociaciones eran "el camino correcto".
Para los dirigentes mundiales parece estar claro que a Irán no se le debe negar, por principio, el derecho a la utilización pacífica de la energía nuclear. "La legitimidad del derecho no es cuestionada por la comunidad internacional", dijo en ese sentido el ministro de Exteriores de Gran Bretaña, Jack Straw. La cuestión es que "las autoridades iraníes se rehúsan desde hace 18 años a cooperar con los pueblos civilizados".