Elecciones en Moldavia: ruptura definitiva con Rusia
15 de octubre de 2024Durante décadas, la República de Moldavia fue un país poco conocido de la periferia sudoriental de Europa: pequeño y empobrecido, gobernado por élites corruptas y desgarrado por un conflicto con los separatistas prorrusos. El llamado conflicto de Transnistria comenzó en 1992 y fue la primera guerra de Rusia contra una antigua república soviética que quería liberarse del dominio del imperio.
La guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, a partir del 24 de febrero de 2022, cambió la vida de los 2,5 millones de habitantes de la República de Moldavia: de repente, el país se situó en el centro de la política de seguridad europea como "el próximo objetivo de invasión de Putin después de Ucrania". La ciudad suroccidental ucraniana de Odesa está a sólo unos 60 kilómetros de la región separatista de Transnistria, al este de la República de Moldavia.
Rusia ha estacionado allí unos dos mil soldados durante décadas, apoyando a un régimen no reconocido internacionalmente y leal a Moscú. Si Rusia llegara a Transnistria a través de un puente terrestre, podría apoderarse fácilmente de la República de Moldavia, que actualmente se encuentra prácticamente indefensa militarmente. Esto situaría a Moscú como potencia ocupante directamente en la frontera exterior de la Unión Europea con Rumania.
En vista de tal escenario, la UE ha hecho mucho en los últimos dos años y medio para proporcionar a Moldavia un mayor apoyo. Al igual que Ucrania, el país es candidato a la adhesión a la UE desde junio de 2022.
El bloque comunitario europeo ha aumentado masivamente su ayuda financiera a la República de Moldavia. La semana pasada, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prometió un paquete de ayuda de unos 1.800 millones de euros para mejorar las infraestructuras de la capital moldava, Chisinau.
La presidenta que está en contra de los candidatos prorrusos
A pesar de la amenaza rusa, las elecciones presidenciales previstas tendrán lugar en la República de Moldavia el próximo domingo (20 de octubre de 2024). Se trata probablemente de las elecciones más importantes desde que el país se independizó de la Unión Soviética en agosto de 1991. La presidenta proeuropea Maia Sandu, en el cargo desde diciembre de 2020, opta a un nuevo mandato. Se enfrenta a media docena de candidatos prorrusos.
Está previsto que, al mismo tiempo que las elecciones, se celebre un referéndum sobre la cuestión de si el objetivo de la integración en la UE debe incluirse en la Constitución del país. En ambos casos, la cuestión es si el país trazará finalmente una línea divisoria con la influencia rusa y seguirá una vía coherente de política de reformas e integración europea.
Durante mucho tiempo, las fuerzas proeuropeas y prorrusas estuvieron equilibradas en la República de Moldavia, a menudo con una ligera mayoría a favor de las segundas. La economista Maia Sandu, nacida en 1972, ganó las elecciones presidenciales de 2020 no tanto por su postura proeuropea, sino sobre todo porque defiende una lucha implacable contra la corrupción y se la considera absolutamente incorruptible e íntegra. Pagó su compromiso político con las reformas en la República de Moldavia hace años, entre otras cosas, con un ataque con veneno contra su persona que aún no ha sido investigado a fondo.
Mayoría proeuropea
Gracias, en parte, a la decisiva política de reformas de Sandu durante su mandato, el estado de ánimo en Moldavia se inclina ahora claramente a favor de una mayoría proeuropea. Se considera relativamente seguro que la presidenta ganará otro mandato, pero sólo en una segunda vuelta electoral, dos semanas después de la primera ronda.
Los últimos sondeos sitúan a Sandu en torno al 36%. Muy por detrás, en segundo lugar, con alrededor del diez por ciento, se encuentra Alexandr Stoianoglo, ex fiscal general, que fue detenido en 2021 por cargos de corrupción y posteriormente destituido de su cargo. Cuenta con el apoyo del Partido Socialista prorruso (PSRM).
Rusia se ha desacreditado
Rusia ya no es un favorito tan popular en la República de Moldavia como lo era hace unos años o décadas. Durante décadas, Moscú ha chantajeado y desmoralizado al pequeño país en materia de política económica, unas veces abriendo y cerrando el grifo del gas, otras imponiendo sanciones comerciales arbitrarias a importantes productos de exportación moldavos como la fruta y el vino, o imponiendo restricciones a los trabajadores moldavos en Rusia.
Desde 2023, la República de Moldavia se ha liberado completamente del suministro de gas ruso. Sus vecinos Ucrania y Rumania, así como la UE, han ayudado al país logística y financieramente. En 2025, el país también dejará de recibir suministro eléctrico de una importante central eléctrica de la región separatista de Transnistria. Esto eliminará todas las palancas económicas que Rusia ha podido utilizar para que Moldavia sea políticamente obediente.
(gg/cp)