Elecciones en Israel: ¿Qué está en juego?
12 de marzo de 2015“Seguridad” es una vez más la palabra mágica en la actual campaña electoral del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien no cesa de alertar sobre el acuerdo nuclear con Irán que negocian los países occidentales. El jefe de gobierno promueve el temor hacia Hamás, Hizbolá y los terroristas de la organización Estado Islámico (EI). El mensaje es claro: solo Benjamín Netanyahu puede proteger a Israel de los peligros externos.
“Siempre se habla de la seguridad, pero eso es algo que no está en nuestras manos”, contrapone Nir Kramer, de 37 años, comprometido con la campaña electoral para la alianza de centroizquierda “Campo Sionista”. En un cruce de calles en Tel Aviv, Kramer reparte prospectos y banderas de la alianza porque cree que un cambio de gobierno podría beneficiar a Israel: “Nosotros hacemos hincapié en los temas sociales y económicos”, explica.
Quejas sobre el alto costo de vida
De hecho, sobre todo el aumento de los alquileres y los productos básicos son temas de discusión permanente en la vida cotidiana de los israelíes, y el informe publicado por el supervisor del Estado Joseph Shapira echa aún más leña al fuego. En él se revela que los alquileres aumentaron en un 30 por ciento y los precios de los inmuebles incluso en un 55 por ciento en los últimos cinco años. La clase media, advierte el estudio, pronto ya no será capaz de soportar esa carga. “Esta vez, la política y la economía están en primer plano”, señala también el investigador de opinión Rafi Smith. “Que temas como estos estén tan presentes en una campaña electoral es algo que no se veía desde hace 40 años”, subraya.
Los candidatos de “Campo Sionista” entendieron el mensaje: Itzhak Herzog y Zipi Livni prometieron la creación de un Consejo para la Vivienda si ganan las elecciones, para combatir el aumento de los alquileres. Además, planean invertir más dinero en temas sociales y en educación, y piensan turnarse cada dos años en el cargo de primer ministro.
Herzog se presenta con una imagen de cercanía al pueblo y recorre Israel para fortalecer su perfil político. “Es, de seguro, el único que podría remplazar a Netanyahu, y a mí su programa me convence”, dice Itay Rotem, una participante de uno de los encuentros ciudadanos con Herzog. Sin embargo, muchos israelíes creen que es muy poco carismático. Un dilema para muchos electores. “Hay mucha gente que no está contenta con Netanyahu, pero tampoco piensan que Herzog pueda gobernar un país como Israel”, opina Tamir Sheafer, politólgo de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Varios partidos luchan por un escaño en la Knesset
“Todavía no se puede prever quién será el próximo primer ministro de Israel”, admite Rafi Smith, un investigador de opinión líder de ese país, cuyo Instituto Smith encuesta regularmente a cientos de israelíes acerca de su intención de voto. Pero esta vez, dice Smith, los resultados de las encuestas son demasiado estrechos como para obtener un pronóstico confiable. Según sondeos recientes, el “Campo Sionista” se ubica ligeramente por delante del Partido Likud. Sin embargo, muchos israelíes aún no han decidido a quién darán su voto.
Benjamín Netanyahu podría salir vencedor de esta contienda electoral. A fines del año pasado se posicionaba muy bien en las encuestas. “Él fue el que quiso estas elecciones”, dice Dana Weiss, corresponsal de la televisión israelí. “De ese modo se arriesgó mucho, ya que, supuestamente, podría haber seguido dos años más en el cargo. Pero es evidente que pensaba que ganaría fácilmente”.
Ahora, según observadores, el Likud debe tener cuidado de no perder demasiados votos que podrían ir hacia otros partidos del bloque de derecha, como, por ejemplo, al partido “Kulanu”, liderado por un antiguo aliado de Netanyahu, Moshe Kahlon. O hacia el “Habait Jehudi” (Hogar Judío), nacionalista de derecha, de Naftali Bennett. También los ultraortodoxos quieren volver al poder luego de dos años en la oposición. Ese es el caso de Yair Lapid, del partido Yesh Atid. Lapid fue ministro de Finanzas hasta que Netanyahu disolvió la coalición. Además, también hay expectativas respecto de los resultados que obtenga la nueva alianza árabe. Cuatro partidos árabes se presentaron unidos en una lista que podría, según sondeos, resultar siendo la tercera fuerza en el país. Al fin, lo decisivo será quién logra formar coalición. En ese aspecto, Likud se muestra seguro de su victoria: “¿Con quién quiere gobernar Herzog? ¿Con los árabes?”, pregunta la diputada del Likud Miri Regev, que llegó por primera vez a una presentación de campaña en Kiryat Gat. Si bien cree firmemente que Netanyahu logrará formar un gobierno de coalición con los partidos del ala derecha. Pero si eso no sucediera, la diputada cree que su partido y Netanyahu se mantendrán de todos modos en el poder “En el peor de los casos, habrá una gran coalición”.