España: la contradicción de un líder en feminismo
24 de abril de 201922 horas del lunes, 22 de abril de 2019. Comienza el primero de los dos debates televisivos que enfrentan a los cuatros candidatos de ámbito nacional con representación parlamentaria: Pablo Casado, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pedro Sánchez. Todos ellos, excepto el más joven, Pablo Casado, han nacido en los 70, la década en la que la democracia regresa a España tras la muerte del dictador Francisco Franco.
Antes del inicio del debate, una mujer pule el suelo del plató de televisión. Hay maquilladoras que matizan los brillos en los rostros de los líderes políticos. Los protagonistas son ellos: cuatro de los candidatos a la presidencia del Gobierno de España. Y hablan sobre mujeres, poniendo sobre la mesa temas que hace unos años jamás se habrían mencionado: el consentimiento en las relaciones sexuales, la gestación subrogada, el pacto de Estado contra la violencia de género...
Mujeres, el eterno número 2
"Es positivo que un político haga propios los asuntos de las mujeres y defienda propuestas que el movimiento feminista ha forzado a poner en la agenda política”, dice a Deutsche Welle Capitolina Díaz, catedrática de Sociología de la Universidad de Valencia, que actualmente se encuentra en Berlín para trabajar en un libro sobre género, ciencia y tecnología y estar en contacto con otras académicas feministas de la capital alemana. "Pero cabe el riesgo de que sus propuestas sean vistas como paternalistas o que los hombres interpreten desde su posición sesgada las reivindicaciones de las mujeres hasta el punto de que las tergiversen”, advierte.
En las elecciones del 28 de abril de 2019 "están en lid cinco partidos estatales, de los cuales tres están presididos por sus fundadores, todos hombres”. Capitolina Díaz se refiere a Albert Rivera, líder del partido liberal Ciudadanos, a Pablo Iglesias, impulsor del partido de izquierdas Podemos, y a Santiago Abascal, al frente del partido de extrema derecha VOX, que aún no tiene representación en el Parlamento, pero al que las encuestas vaticinan varios diputados en la próxima legislatura.
"Los otros dos partidos, los históricos del bipartidismo, han tenido en sus primarias a mujeres contendientes por la presidencia del partido, pero, en ambos casos, la militancia ha votado a un hombre”, continúa Capitolina Díaz, aludiendo a los socialistas del PSOE de Pedro Sánchez y a los conservadores del Partido Popular, liderado por Pablo Casado. "¿Es sexista la militancia de los partidos? Tal vez. Pero nunca como en esta ocasión han estado tan cerca las mujeres de ser cabeza de lista de los grandes partidos españoles. Las mujeres han sido grandes vicepresidentas, tanto en el PSOE como en el PP, pero no han pasado de ser el número 2. Que las mujeres se queden en el número 2 es una situación muy frecuente en el mundo de la economía y los negocios”.
El caso alemán
Elke Ferner, miembro de la presidencia del Consejo Alemán de Mujeres y directora de la comisión "Paridad en los Parlamentos y la Política”, coincide con Díaz en que aún no hay suficientes mujeres en puestos de máxima responsabilidad, no solo en la política, sino también en la economía. Ferner pone como ejemplo una institución internacional como la ONU, en cuya cúspide hay un secretario general, aunque, "en un segundo plano, se han movido muchas cosas en cuanto a la presencia femenina. Pero, naturalmente, hacen falta más ejemplos de mujeres líderes”.
Elke Ferner admite que en Alemania hay mujeres en la cúspide de los partidos políticos, como ha sido durante años la propia canciller, Angela Merkel, o el caso de la tradicional cúpula bicéfala hombre-mujer del partido Los Verdes. "Pero si miramos el gabinete de Gobierno alemán, vemos que aún estamos un poco lejos de la paridad”. Y cuando Merkel dejó la presidencia del partido democristiano CDU y la militancia votó como sucesora a una mujer, Annegret Kramp-Karrenbauer, muchos se sorprendieron de que el traspaso fuera de mujer a mujer. "Durante décadas, el sucesor del líder hombre de la CDU fue otro hombre y a nadie pareció sorprenderle”, continúa Ferner. "En España, aunque el líder del PSOE es un hombre, tiene un gabinete con muchas mujeres. Y él mismo, Pedro Sánchez, se ha declarado feminista y ha llevado a cabo en los últimos meses una muy buena política para lograr la paridad”, opina Ferner.
Contradicción en la vida social y política
Capitolina Díaz considera a España un país "pionero en varios sentidos” en cuanto a la promulgación de leyes feministas y "ejemplar” respecto a la movilización de las mujeres. Pero la imagen proyectada en los debates televisivos de los candidatos a la presidencia del Gobierno parece negar esa realidad.
Lo cierto es que la situación refleja lo que sucede en la sociedad: "Hay una cierta contradicción en la vida social y política española respecto a los logros feministas. Por una parte, tenemos leyes muy avanzadas, progresistas, pero, por otra parte, la igualdad real alcanzada es menor de la deseada y de la que correspondería al notable desarrollo legislativo igualitario”, reflexiona la experta.
(eal)
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