Elecciones en Chipre
16 de febrero de 2013Quince por ciento de la población en edad productiva carece de trabajo en Chipre; ese es el nivel de desempleo más alto desde 1974. Y la deuda de la isla asciende al 85 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB); hace un lustro apenas alcanzaba el 50 por ciento. Las cifras no auguran nada bueno en este país. Andreas Theophanous, presidente del Centro para los Estudios Europeos y el Desarrollo Internacional, adscrito a la Universidad de Nicosia, mira hacia Grecia al explicar la crisis chipriota.
“El estallido de la crisis griega también nos afectó a nosotros. Y con la rebaja de la deuda helena perdimos de golpe el 25 por ciento de nuestro PIB”, sostiene el economista, acotando que los bancos chipriotas tenían en sus arcas bonos del Estado griego y terminaron perdiendo 4.500 mil millones de euros. A su juicio, el segundo golpe a las finanzas de Chipre lo propinó el propio Estado con su enorme gasto público. “En este instante, los egresos estatales constituyen casi la mitad del BIP. Y eso es peligroso”, asegura Theophanous.
Hay demasiados empleados públicos, sus sueldos son demasiado altos y el sistema de seguridad social es demasiado generoso. El Estado y la ciudadanía se aferraron a estructuras añejas y a la idea de que, tras “el milagro económico” de la isla –destino predilecto de turistas y banqueros debido a su encanto mediterráneo y al apogeo de su sector financiero–, todo marcharía igual de bien para siempre. Theophanous tiene la esperanza de que sus compatriotas acepten las reformas que se avecinan, pero desaconseja apelar únicamente al ahorro.
Con una pequeña ayuda de sus amigos…
En su lugar, el economista recomienda emprender enmiendas a un ritmo moderado. “Cuando un país atraviesa una crisis económica y se le imponen medidas de austeridad como las que se le impusieron a Grecia, su situación sólo puede agravarse”, señala Theophanous. El próximo domingo (17.2.2013) tendrán lugar elecciones presidenciales en Chipre y aquel que suceda a Dimitris Christofias en el puesto de mando –las encuestas dan como favorito a Nikos Anastassiadis– jugará un rol determinante en la solución de la crisis.
Los analistas le atribuyen a Christofias el haber empeorado las relaciones de Chipre con el mundo, asumiendo poses desfavorables en la escena internacional. Christofias, quien se describe a sí mismo como un comunista, es el jefe del partido de izquierda AKEL. Anastassiadis, del partido conservador DISY, está en las antípodas del actual mandatario chipriota. “Anastassiadis tiene el perfil de un gerente de Europa Occidental, abierto en términos económicos y rápido a la hora de entender los problemas”, dice el historiador Heinz Richter.
Theophanous no cree que el próximo presidente de Chipre pueda resolver solo los problemas que heredará de su predecesor: “La sociedad chipriota quiere un nuevo comienzo. Pero para ello necesitamos de la solidaridad de nuestros socios”, dice Theophanous. Es decir, los 17.500 millones de euros del rescate financiero que Nicosia solicitó a la Unión Europea a mediados de 2012.
Autores: Daphne Grathwohl /Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse