El retorno de Hillary Clinton
9 de enero de 2008La ventaja de Hillary Clinton sobre Barack Obama fue pequeña, pero grandes serán sus consecuencias para la campaña electoral de la senadora por Nueva York. La votación en New Hampshire demuestra que los electores no dejan que se les diga a quién deben dar su voto. Reflexionan y se deciden a veces muy poco antes de llevar el sobre a la urna, sin dejarse influir por sondeos de opinión.
Luego que Hillary Hinton liderara las encuestas durante meses entre los demócratas para elegir candidato a la Casa Blanca, en Iowa sufrió una pesadilla: sobre todo las mujeres no votaron como se había previsto, es decir, por Clinton, sino que prefirieron a Barack Obama y su estrategia del cambio. También a electores independientes e incluso a republicanos pudo conquistar el candidato afroamericano de 46 años.
Un shock para los estrategas
Hillary Clinton y sus estrategas electorales sufrieron un shock. Cuán inesperada llegó la pérdida de votos para la senadora queda demostrado en el hecho de que de pronto comenzó a exteriorizar estados de ánimo: si bien no fluyeron las lágrimas al ser preguntada cómo se sentía después de la derrota, debió luchar para mantener la compostura.
En realidad, ello es un mal paso en el duro negocio de la política. Su competidor John Edwards tampoco perdió la oportunidad para comentar que un presidente de los Estados Unidos no debe dar rienda de esa forma suelta a sus emociones.
Las mujeres de New Hampshire opinaron otra cosa. Y mientras los medios de comunicación especulaban acerca de si las cuasi lágrimas habían sido auténticas o sólo una magistral clase de histrionismo, las mujeres no hesitaron y dieron esta vez su voto no a Obama, sino a Hillary Clinton.
¿Por qué interpretarlo como debilidad?
Pues ¿qué mujer no ha luchado con las lágrimas por ira, desesperación, frustración, desilusión o simplemente agotamiento? Qué importa que los hombres lo interpreten de inmediato como debilidad…
Con la victoria en New Hampshire, Hillary Clinton vuelve a estar en carrera. Y opine lo que se opine sobre sus posiciones políticas: Hillary Clinton no había merecido quedar ya ahora fuera de la competencia por la candidatura demócrata.
También las mujeres de New Hampshire lo entendieron así. Y también el fenómeno del primer ganador en el bando republicano, Mike Huckabee, que arrolló en Iowa, quedó relativizado con las elecciones en New Hampshire. El ganador en este Estado fue John McCain, un político con enorme experiencia.
La lucha por la candidatura entre los demócratas continúa por lo tanto. Los electores de los otros 48 Estados cargan ahora con la responsabilidad de tomar la decisión de cuál será el próximo candidato de los demócratas para la presidencia de los Estados Unidos: una mujer o un afroamericano.