El providencial Sarkozy
8 de noviembre de 2008La Unión Europea puede estar agradecida de que, justo en tiempos de grave crisis financiera y económica, puede contar con el incansable francés Nicolas Sarkozy como presidente. Es seguro que Sarkozy a veces es impetuoso, susceptible, incisivo y pagado de sí mismo. Pero también es un nudo de energía, un personaje que impulsa a los a veces pasivos jefes de Estado y de Gobierno en Europa.
A raíz de los violentos vaivenes de la crisis económica, que amenaza a la prosperidad europea, lo que se requiere es precisamente ese coraje, esa velocidad y esa determinación. Nicolas Sarkozy tiene razón cuando, en su análisis, afirma que Europa y el mundo deben coordinar la política económica internacional, así como su vigilancia. El modelo de capitalismo global que prevalece en la actualidad sólo nos ha llevado al borde del abismo. Ahora se necesita algo nuevo.
Los países europeos harían bien en no perder el tiempo discutiendo pequeñeces. Los mercados financieros exigen reglas igualmente globales y la economía podría funcionar mejor con una mayor intervención del Estado. El modelo francés, que no es compatible con el horizonte político mundial que propone el gobienro alemán, podría encontrar buen eco en el nuevo gobiernod e Washington.
Finalmente, fue el demócrata Franklin D. Roosevelt quien, hace ochenta años, luchó contra la recesión a través de una mezcla de programas de inversión y reformas sociales. Incluso el presidente de la Comisión Europea, conocido como político liberal, habló de un nuevo “New Deal”; o sea, una nueva aplicación de las políticas de Roosevelt.
Los países europeos pretenden luchar en bloque con miras a lograr nuevas reglas, durante la cumbre financiera mundial a celebrarse el 15 de noviembre en Washington. Debido a los retos hercúleos que se avecinan, no podía ser de otra forma. Nicolas Sarkozy ha dicho que Europa no tiene otra opción. Este ejercicio de influencia puede ser llamado conducción o gobierno económico, pero en realidad la denominación carece de relevancia. Lo que importa es que funcione.
También acierta la Unión Europea cuando propone fundar una nueva institución supranacional encargada de la vigilancia de las finanzas mundiales y también de, en caso necesario, implementar las medidas de emergencia correspondientes.
A falta de mayores y prontas alternativas, debe recurrirse al Fondo Monetario Internacional. Éste debe ser radicalmente reformado, sobre todo porque hasta ahora ha sido dominado por Estados Unidos. Además, el FMI necesita mayores fondos para evitar su propia bancarrota. ¿De dónde deben venir dichos capitales, tomando en cuenta que los Estados ya han comprometido enormes sumas en garantías y fondos de apoyo para las economías nacionales?
Alemania reacciona con nerviosismo ante los planes de establecer fondos europeos de apoyo e inversión. La canciller piensa que al final alguien deberá pagar la cuenta. Y Alemania, el mayor contribuyente en términos reales dentro de la Unión Europea, aparece como primer país en la lista.
Entre tanto, puede confiarse en que Nicolas Sarkozy será un vehemente representante de la Unión Europea en la cumbre financiera mundial. El pedal de freno se llamará Angela Merkel. Es de esperarse que entre ambos conformen un equilibrio con el cual se pueda arribar a un sano compromiso internacional, luego de negociar con el resto de las regiones del mundo. Todo ello debe ocurrir a gran velocidad. A más tardar en 100 días, los primeros resultados deberán estar a la vista.