El presidente Hamid Karzai y el futuro de la OTAN en Afganistán
6 de abril de 2010Un conflicto verbal ha escalado esta semana entre el presidente afgano, Hamid Karzai, y la Casa Blanca, luego de que Washington expresara su frustración por el deterioro de las relaciones con el mandatario. Karzai parece distanciarse de las potencias aliadas, especialmente de Estados Unidos, a cuyo Gobierno responsabiliza con el fraude electoral del pasado octubre en su país, así como con presiones sobre el parlamento afgano en las recientes votaciones en torno a una nueva ley electoral.
Más de 120.000 soldados de Occidente se hayan actualmente desplegados en Afganistán. Unos 80.000 de estos efectivos son estadounidenses y la cifra debe ascender a 100.000 este año. La OTAN planea actualmente la más grande ofensiva contra los talibanes en la región desde el comienzo de la guerra hace ocho años.
El éxito de la estrategia contrainsurgencia de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad de la OTAN (ISAF) depende de mostrar un frente unido con el Gobierno y las tropas afganas, así como de convencer a la población de que las tropas extranjeras tienen una misión pacificadora. Pero Karzai, que había sido acusado de fraude electoral por varias naciones de Occidente en octubre, amenazó ya la semana pasada con retirar su apoyo a la ofensiva de la OTAN si el pueblo y los dirigentes tribales, ante los que se pronunció en Kandahar, no la aprueban.
Karzai reclama independencia
Si Estados Unidos y sus aliados mantienen su pretensión de prescribir a Kabul el rumbo de su gestión de Gobierno haciendo aparecer al presidente como una „marioneta“ de Occidente, los talibanes podrían transformarse en un legítimo movimiento de resistencia y „entonces, se los juro, me uniré a los talibanes“, ha asegurado Karzai a parlamentarios afganos a los que intentó convencer para aprobar un decreto relacionado con la nueva ley electoral de su país, reportó la agencia de noticias dpa.
El diario germano Frankfurter Allgemeine Zeitung se preguntaba este lunes si se trata sencillamente de que Hamid Karzai "ha perdido los nervios, o si sus más recientes palabras expresan el dilema que distingue desde el inicio a las relaciones entre Afganistán y aquellos que pretenden ayudar, por encargo de las Naciones Unidas, a estabilizar este país: “la mayoría de los afganos no desea que los talibanes vuelvan al poder, pero tampoco quiere que ‘extranjeros' desfiguren su orgullosa y tradicionalista sociedad de castas y se comporten en ella como señores“.
El futuro de la OTAN en Afganistán
Hace apenas una semana Obama realizó una visita relámpago a Karzai. Además, este viernes, el mandatario afgano sostuvo una conversación telefónica con la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y aún se prevé una visita suya a Washington el próximo 12 de mayo, pero los encuentros entre uno y otro episodio de mutuas críticas no parecen mejorar la situación ni aclarar el futuro de la misión de la OTAN en el país asiático.
Washington, con el mayor peso en las fuerzas de seguridad desplegadas por la OTAN en Afganistán, ha manifestado reiteradamente su descontento con la corrupción, la proliferación de plantaciones de opio, el insuficiente rendimiento de las fuerzas de seguridad afganas, pero sobre todo con la inestabilidad y la falta de capacidad de Karzai para imponerse. Sin embargo, no se espera que los comentarios de Karzai afecten la próxima votación en el Congreso estadounidense sobre un pedido de fondos del Gobierno para la guerra en Afganistán.
Alemanes no se irán de Afganistán
En Alemania, la muerte de tres soldados germanos en un enfrentamiento con los talibanes, así como de seis afganos alcanzados por el “fuego amigo” de los alemanes el pasado viernes, en Kundus, ha cambiado la retórica más no la estrategia de Berlín.
El partido de oposición La Izquierda y la Iglesia protestante han pedido la retirada de la Bundeswehr de Afganistán. El Encargado Federal para asuntos de las Fuerzas Armadas, Reinhold Robbe, y un ex ministro de Defensa, Volker Rühe, han exigido solucionar problemas de capacitación, asesoría y equipamiento de los militares germanos.
Pero el actual ministro de Defensa, Karl Theodor zu Guttenberg, negó que las fuerzas de la Bundeswehr carezcan de equipamiento y aseguró, pese a las declaraciones anti occidentales de Karzai, que Alemania no se retirará de Afganistán, pues ello repercutiría en la estabilidad de una región, donde algunos países (como India y Paquistán) poseen armas nucleares.
La misión del ejército germano, que había sido presentada al inicio como un programa de asistencia a la población civil y de capacitación de las fuerzas locales de seguridad en “circunstancias parecidas a una guerra”, ha sido catalogada ahora “coloquialmente” (puesto que el concepto no se ajusta legalmente al conflicto entre dos Estados) como asistencia en una “guerra” o “conflicto armado”. Ello "implica peligro" y “no puede descartarse que haya más muertos o heridos”, ha dicho Guttenberg. Las muertes de soldados alemanes en combates, ataques suicidas o emboscadas de talibanes desde 2003 suman 22 luego de estas Pascuas.
Autor: Rosa Muñoz Lima
Editor: Enrique López Magallón