El peligroso juego de Poroshenko
25 de julio de 2014“Una guerra política”, “una puñalada por la espalda”, “caos en la administración pública”. Tales fueron las graves palabras con las que la fracción del partido Patria, la más grande en el Parlamento de Ucrania, reaccionó a los sucesos políticos más recientes en Kiev. Tras cerca de cinco meses en el poder, este jueves cayó la coalición de gobierno que fue constituida en febrero pasado, luego de que huyera el anterior presidente, Victor Yanukóvich.
Cuenta regresiva
El detonador de esta crisis fue el abandono de la coalición gobernante por parte de dos partidos: UDAR, del alcalde de Kiev y campeón mundal de boxeo, Vitali Klitschko, y el populista de derecha Swoboda (Libertad). Además, otros 30 legisladores dejaron la coalición, entre ellos nueve del partido Patria.
Antes, el Parlamento se había negado a llevar a cabo una votación sobre posibles recortes en el presupuesto público. A partir del 1 de agosto, el ejército que lucha contra los separatistas en la parte este de Ucrania no contará con recursos, según el ministro ucraniano de Finanzas, Alexander Schlapak.
El primer ministro, Arseny Yatseniuk, presentó ese mismo día su renuncia. No está claro quién es el jefe de Gobierno. El Parlamento entró en receso hasta mediados de agosto, sin que se hubiese votado sobre la dimisión de Yatseniuk. Desde el punto de vista legal, éste permanece en sus funciones.
Tal es el trasfondo en el cual Ucrania se prepara a realizar elecciones anticipadas. Si en un máximo de 30 días no es posible formar gobierno de coalición, el presidente Petro Poroschenko puede llamar a nuevas elecciones. La fecha posible es el 26 de octubre.
Sin grandes sorpresas
Para los ciudadanos de Ucrania, todos estos acontecimientos constituyen gran sorpresa que, de algún modo, también era de esperarse. En las últimas semanas habían crecido las demandas para que se realizaran elecciones anticipadas. Movimientos opositores exigían el pasado invierno una “completa recomposición” de la política ucraniana.
De hecho, Ucrania tiene desde finales de mayo un nuevo presidente (Piotr Poroshenko), pero un viejo Parlamento. Muchos consideran esto “una vergüenza”, pues el Poder Legislativo electo en 2012 cayó en el descrédito durante las protestas. No han sido olvidadas las leyes, aprobadas por los legisladores, que ponían límites a las libertades civiles.
En su campaña, Poroshenko prometió realizar elecciones anticipadas. Lo hacía en parte por interés propio. Ucrania es una democracia parlamentaria, según reza su Constitución. El jefe de Gobierno tiene más poder que el presidente. Poroshenko recibió el mandato de colaborar con Yatseniuk, e indirectamente, con su enemiga política, Julia Timoshenko.
Yatseniuk y el presidente del Parlamento, Alexander Turchinov, pertenecen al partido de Timoshenko. En cambio, Poroshenko no tiene partido propio. Su más cercano aliado es el UDAR de Klitschko, el cual ocupa dos escaños menos que la fracción leal a Timoshenko.
Base partidista
La lucha de poder entre Poroshenko y Yatseniuk era previsible. Pero el apoyo de Occidente al primer ministro ha impedido que se abra el frente político entre ambos, según opinan analistas políticos en Kiev. El gobierno de Yatseniuk, que se calificaba a si mismo como “kamikaze”, ha durado en el poder más de lo que muchos esperaban.
Ha conseguido entre otras cosas estabilizar con ayuda de Occidente la situación. Se pagaron sueldos y jubilaciones. La infación se mantuvo en 3,8 por ciento en mayo. En la lucha contra los separatistas, el ejército se apuntó algunas victorias importantes.
“Poroshenko quiere las elecciones anticipadas a fin de ampliar su propia base palamentaria”, dice el periodista alemán Winfried Schneider-Deters. El experto en asuntos de la política ucraniana considera que los comicios anticipados son necesarios, aunque “dejan un mal sabor de boca”.
Y es que Solidaridad, el partido de Poroshenko, figura como uno de los favoritos a pesar de no existir más que en el papel. “Este partido será el gran ganador de las próximas elecciones”, dice el politólogo Yaroslav Makitra.
Ratificación anticipada
Este juego de poder implica algunos riesgos. El influyente periodista Vitali Portnikov califica como un “crimen político” el hecho de que “en tiempos de guerra se debilite tanto a un jefe de Gobierno”. Esto es un riesgo no solamente para la misión del ejército en el Este de Ucrania, sino también para la ratificación del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, dijo el analista en la televisión pública de su país.
Cientos de miles de personas salieron a las calles durante el invierno pasado a causa de dicho acuerdo, recordó Portnikov en referencia a las protestas de la Plaza Maidan. Si dicha ratificación no se lleva a cabo pronto, Ucrania sería la mayor perdedora, opinó.
Tampoco está clara la distribución de poderes en el nuevo Parlamento. La popularidad de Timoshenko ha decrecido, pero su regreso al escenario político no está descartada. En este caso, se prolongaría la lucha de poder entre Timoshenko y Poroshenko, y toda Ucrania resultaría debilitada.